Amalia Jiménez: “No hay que mirar hacia el pasado, sino construir un futuro poniendo las bases en el presente”
Amalia Mª Jiménez ha entrado en el mundo literario con fuerza, con ese compromiso que siempre le ha caracterizado, antes al servicio como alcaldesa de su pueblo, Árchez, ahora con la escritura. Nos presenta ahora su segunda novela: La sombra del pasado.
PREGUNTA.- ¿Qué significa para usted la publicación de su segunda novela, después de la experiencia de la primera?
RESPUESTA.- La primera novela trataba una historia vivida en lo personal, pero también estaba ese interés por hacer realidad un sueño, como es escribir. Esta segunda novela supone un reto importante, soy consciente del compromiso de escribir. Pienso en los lectores, eligiendo temas e historias humanas que conmuevan.
P.- He leído las dos novelas La aventura de un comienzo y La sombra del pasado; en ambas elige temas que afectan a la mujer. ¿Por qué ese interés?
R.- Elijo temas reales que entrañan dificultades y que exijan un espíritu de superación de los personajes. El tema de la mujer, por su trayectoria histórica, así como por el largo camino que queda de lucha y superación, siempre estará presente en la literatura.
P.- ¿Por qué el pasado como elemento recurrente en la novela?
R.- En esta novela, el pasado es un elemento central, el delito cometido ocurre en el pasado y va a determinar todo el drama de la novela. Pero es un pasado que pesa, y que no se deja quedarse en el pasado. Y la problemática se plantea en la temporalidad narrativa de la novela, afectando las consecuencias a las posteriores generaciones.
P.- La novela plantea un tema de conciencia. Hábleme de él.
R.- En la novela está siempre presente la problemática de la conciencia. Temas de conciencia como la decisión sobre la vida, o plantearse la responsabilidad de la maternidad, son ejemplos de ello.
P.- ¿La responsabilidad de ser madre depende sólo de la mujer?
R.- Como mujeres, tenemos una genética muy fuerte que, de manera natural, protegemos al recién nacido. La maternidad es una responsabilidad que siempre ha recaído sobre la mujer. La visión errónea es y ha sido encasillar a la mujer sólo en el papel de ser madre.
P.- ¿Cómo era la madre en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, cómo es la madre actualmente? ¿Ha habido cambios? ¿Cuáles?
R.- En los años cincuenta y sesenta, sobre todo en la zona rural, las mujeres estaban relegadas al hogar, al cuidado de los hijos, de sus maridos y, además, hacían trabajos no remunerados. Ser madre era una obligación impuesta. Cualquier decisión administrativa era sólo competencia del marido. La incorporación de la mujer al mundo laboral supone que la convivencia familiar sea más igualitaria. Aunque los problemas siguen persistiendo en la vida laboral y en la conciliación familiar.
P.- La novela refleja la discriminación. ¿Qué discriminaciones trata con mayor profundidad?
R.- Como la narrativa del drama se refleja en distintas épocas, he tratado de dar una visión evolutiva de la problemática que padecen los personajes, reflejando discriminaciones hacia la homosexualidad y hacia la mujer.
P.- El día 8 de marzo se celebra el Día de la Mujer. ¿Cuáles son las barreras que hay que derribar para que se dé la igualdad en derechos y deberes, evitar cualquier tipo de discriminación?
R.- Las barreras están para derribarlas, no hay que mirar hacia el pasado, sino construir un futuro poniendo las bases en el presente. Hay que formar ‘personas’, valorando su capacidad, su esfuerzo y voluntad. Las acciones políticas deben ir encaminadas a eliminar todo tipo de discriminaciones: De género, sociales, laborales, y sobre todo el miedo a la diferencia.