Mi amigo Bauti, el popular pedagogo axárquico López Blanco, reflexivo compañero con el que hemos compartido muchísimas horas de profesión, de esfuerzos y de entusiasmos, me enviaba hace unos días un texto de firma desconocida (¿Lo habrá escrito él?). Texto que él comparte en plenitud, y que, a sabiendas de que yo también, me invitaba a su difusión. La identificación con el mismo es manifiesta por parte de los que hemos dedicado nuestra vida profesional a la docencia, y que ingresamos en la enseñanza como “profesores de EGB”. Especialmente aquellos que ahora nos hallamos en el periodo llamado de la jubilación. Porque nos fuimos, o nos estamos yendo de la escuela; porque el tiempo avanza imparable y cruel, mudando a la sociedad y a nosotros. El texto dice así: