Lo que se calló el oráculo

En la mitología griega, la esfinge era un monstruo de destrucción con rostro humano, patas de león, cuerpo de perro, cola de dragón, alas de pájaro, la boca llena de veneno, los ojos como brasas encendidas y las alas siempre manchadas de sangre.

La sombra que nos acompaña

Hay sombras que nos cobijan. También está la sombra que camina siempre junto a nosotros, para recordarnos a la otra sombra que se ocultó en el interior de nuestro ser. 

Yo busco la voluntad en la palabra

A las personas que aman la vida. 
A las que sufren y se enfrentan a las adversidades.
A las que luchan por mejorarla
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Nuestro mundo es un corazón que late

El mundo que habitamos y nuestro pequeño mundo personal, son una misma cosa: un corazón que late a ritmo de sentimientos y emociones. Este latir conforma un todo, una unidad que rige nuestra vida humana y social.  Hermosa es la me­táfora del co­ra­zón, tal como la...

¿Somos tan pecadores como nos hacen creer?

No hay religión que no se base en el sentimiento de culpabilidad. El origen de esta emoción procede de los valores judeocristianos de nuestra cultura. Donde la figura paternal sim­bolizada por Dios, es vista co­mo un ser sobre­hu­mano que castiga a quien no sigue las normas y reglas establecidas.

España, nuestra manera de ser

A Irene A.V.

Hay grandes obras en la literatura y en la pintura española que han calado hondo en nuestra manera de ser: El lazarillo de Tormes, Don Quijote de la Man­cha, La vida es sue­ño, o en la pintura de Francisco de Goya, con cuadros como La pe­lea a garrotazos
 

¿Vale todo en la vida y en el arte?

El humanista José Luis San Pedro nos habla del “arte de vivir”, cuya finalidad es realizarnos y dar lo mejor de cada uno de nosotros, ganando en satisfacción personal. Añade que es necesaria la libertad para realizarnos como persona. Por otra parte, es consciente de que lo que entorpece esa plena realización es la violencia, la discriminación, el abuso de poder que coarta la libertad de pensamiento e impone su modelo de pensar. Porque sin libertad de pensamiento no hay libertad de expresión. 

La soledad sonora en la pintura de Pepe Bonilla

Hay soledad y soledades.  La soledad que es un  estado de estar con uno mismo, como el poeta onubense Juan Ramón Jiménez nos expresa: “Somos como testigos, como oyentes de nosotros mismos, y cuando más solos estamos, más intensamente nos comprendemos. La idea se densifica a fuerza de silencio y de éxtasis y, líricamente, el ámbito de su palabra y su canto, que reflejan y son, metafóricamente, una soledad sonora”.