'El Arañazo'
En el siglo XIX hubo intentos muy interesantes de prensa local en Vélez-Málaga. El más antiguo del que tenemos noticias fue El Liberal Moderado, que aparece en el año 1820, como órgano de la Sociedad Patriótica de Vélez-Málaga. Más tarde, en ese mismo siglo, aparecerían El Eco de Vélez-Málaga (1874) y La Voz de Vélez-Málaga (1894).
Pero va a ser la segunda década del siglo XX la época en que se produce lo que podríamos llamar ‘el siglo de oro’ de la prensa local. En este momento aparecen varios periódicos que cobran gran resonancia e influencia, y que se van a convertir en termómetros significativos del momento político, social y cultural que vive la capital de la Axarquía. El primero de ellos fue El Defensor de Vélez-Málaga, de tendencia republicana, y que surge en 1910. Precisamente para combatir al Defensor… nace en 1911 el semanario católico Siglo XX, que unos años después, en 1914, se va a reconvertir en el semanario La Monarquía, de ideología conservadora, y que llevaba el subtítulo de ‘Órgano del Partido Conservador’. Fue el semanario de más larga vida en la Historia de Vélez-Málaga, apareciendo puntualmente los sábados durante seis años, de 1914 a 1920.
De esta época dorada del periodismo veleño es también El Arañazo, un periódico satírico que se publicaba los días 1 y 15 de cada mes, desde la primavera de 1913 hasta fecha que aún no hemos podido determinar. Solo conocemos el número 3, de primero de junio de 1913, y que, afortunadamente, ha conservado un buen amigo, cuidadoso y gran veleño, y que prefiere mantener el anonimato.
El Arañazo tenía su dirección y redacción en la calle Salvador Rueda 41, (la tradicional calle ‘Coronada’) y la administración en el número 80 de la calle Alfonso XIII, actual Las Tiendas. Se imprimía en la imprenta de Alfonso Guerrero -calle Alhóndiga 75-, y se vendía al precio de 5 céntimos de peseta el número suelto y 0,30 ctmos. La subscrición del trimestre en Vélez, 0,40 en provincias y 2 ptas. en el extranjero, si bien, en este caso, por un año.
Las firmas del número que conocemos son Salivilla, Zacarías, Pepe Lora, Abejorro… que, a no dudar, serían seudónimos. Desconocemos el nombre del director y a las plumas que se esconden tras esas firmas señaladas; sin duda cabezas pensantes de la época veleña en cuestión.
Dado que se trata de un periódico satírico, se evidencia que los temas tratados, y en especial el modo utilizado, está cargado de humor y segundas intenciones, que aparecen, incluso, en la publicidad. Por ejemplo, en el anuncio de la Fonda del Casino (en la Plaza del Carmen, edificio de la familia Andérica en la actualidad), regentada por mi antecesor familiar Manuel Montoro Santiago, el texto que aparece es todo un canto a la chispa y al humor: “FONDA DEL CASINO. No hay confort, ni se da de comer ni de beber, el servicio de camas horrible, se recomienda a los Señores Viajeros”.
El número consultado trata los temas de un mitin liberal (en portada), la crónica de una corrida de toros, amén de los apartados frecuentes de ‘La Educación se impone’, ‘Arañando’, ‘Conferencia telefónica’, ‘Desde mi observatorio’, ‘Cuestión higiénica’…
Entre las marcas comerciales que apoyan al periódico se encuentran, además de la citada Fonda del Casino, la Tintorería Inglesa, el Consultorio Médico Quirúrgico de la Plaza del Carmen, el Salón de Peluquería F. Rodríguez Milla, el comisionista Juan Acuña Moyano, y KAFENOLF purgante depurativo vegetal.
Entre las curiosidades que aparecen, se puede leer el siguiente aviso: “Los jóvenes que deseen pertenecer a la Juventud Republicana de esta localidad, pueden inscribirse solicitándolo en la casa de don Juan Guerra, calle Mercader, número 12”
Si algún veleño conservara algún otro ejemplar de este tan desconocido periódico, sería una alegría que lo pudiese aportar para la investigación de la historia de la prensa local y para la mejor comprensión y conocimiento de la época en la que apareció.