El trono de la patrona
En los años 50 del pasado siglo, el culto a la Virgen de los Remedios, patrona de Vélez-Málaga, alcanza uno de sus momentos álgidos. Sin duda, es obra del arcipreste don José Ariza González, que logra una devoción singular en los veleños.
En 1956, siendo ya alcalde don Juan Barranquero Aponte, se nombra a la Patrona ‘Alcaldesa perpetua de la ciudad’. Fue un acto muy solemne, y aquel 20 de mayo se congregó en el Cerro de los Remedios el todo Vélez.
Y siguiendo con la tónica, y a pesar de que don José Ariza ya no es arcipreste en Vélez, se plantea la necesidad de la compra de un trono de plata para la Virgen. Con los ingresos de la parroquia, las aportaciones de los fieles y algunos donativos especiales, se encarga a un taller sevillano la obra. El día 10 de mayo de 1958 sale el trono de Sevilla con destino a la Axarquía, llegando al día siguiente, el domingo 11, por la mañana, ante la alegría y expectación de la hermandad de la Patrona y multitud de curiosos.
Se convoca para el día 25 una serie de actos y festejos con motivo del nuevo trono. El programa es de lo más completo. A las seis de la mañana, rosario de la aurora; a las once, carrera de motos; a la una de la tarde, concierto de la banda de música; a las seis de la tarde, solemne bendición del trono y procesión y, luego, misa en el Cerro y fuegos artificiales.
La víspera del día 25 se llevó a cabo un concurso de adornos e iluminación de balcones, con premios de 250 y 150 pesetas, cantidades que hoy nos resultan ridículas y que entonces supusieron una bonita compensación al esfuerzo estético.
Por lo que respecta al rosario de la aurora, contó con un elemento diferencial de gran interés: la participación de los campanilleros de Cuevas de San Marcos, localidad natal del nuevo párroco de San Juan, don José del Campo López, verdadero animador de toda la celebración.
A las once de la mañana, la carrera de motos fue todo un acontecimiento deportivo-festivo. Se trataba de una prueba de regularidad con recorrido Vélez-Málaga a Nerja y regreso. El valor y número de los premios y la moda creciente del uso de las motocicletas llevó a la participación a una treintena de motoristas. Se dio la salida a las once en punto.
A los treinta y nueve minutos de haber salido de Vélez, el primer corredor cruzaba el Balcón de Europa emprendiendo entre aplausos el regreso a Vélez. El primer carrerista que llegó a la meta lo hizo a los 78 minutos de su salida. Los ganadores fueron Miguel Peláez, Manuel Moreno Moreno, Claudio López, Alejandro Morales y Esteban Martín, con premios respectivos de Gran Copa Virgen de los Remedios, copa Montesa, casco de Lambretta, gafas de Garaje Tomás y botella de licor.
A la una de la tarde el concierto de la banda municipal de música se llevó a cabo en la Plaza Alcázar de Toledo (hoy Plaza de las Carmelitas). Y a las seis en punto, con la asistencia de todas las autoridades locales y gran afluencia de fieles, el acto crucial del día: la bendición del nuevo trono. Fueron padrinos don Manuel Valle García, profesor, y segundo teniente de alcalde, y su esposa doña Josefa Arce Peña. Luego misa y la procesión hasta el Cerro. Abría el cortejo la cruz parroquial y a continuación desfilaba la banda de cornetas y tambores del cuerpo de bomberos de Málaga; seguían las asociaciones piadosas y la banda municipal de música. Luego la Virgen de los Remedios, en su flamante trono, al que seguían el clero y las autoridades. Muchísimo público y repetidas salvas de aplausos. Al llegar al Cerro de los Remedios, en un altar que se había levantado a las puertas de la ermita, ofició el presbítero don Ángel Corbalán, y predicó don José del Campo. Fueron invitados de honor el anterior arcipreste don José Ariza González y el sacerdote veleño don José Peña Marín.
Terminó la jornada con un multitudinario besamanos a la Virgen, y unos vistosísimos fuegos artificiales, que, amorosamente, había preparado el experto pirotécnico Antonio Lara.