Andando el camino
Lo inicia hablando de Orea (Guadalajara), su pueblo natal, y de Molina de Aragón, haciendo una bellísima semblanza de su paisaje, y de la vida de sus habitantes. De su infancia y del viaje a casa de sus tíos, situada en una barriada a las afueras de la ciudad de Valencia, donde conoce el mar Mediterráneo y su luz. De su adolescencia, sus primeros años de estudios en un colegio religioso; dura y penosa época alejada de su familia. Más adelante nos narra cómo finaliza su bachiller, y becado realiza sus estudios universitarios; relatándonos su compromiso con la sociedad y la transición democrática.
Como quien anda un camino, introduce historias de vidas de enfermos en la historia social y política en que vive. Lo hace por etapas, desde 1959-1965 hasta 2018-2021. Nos acerca a su labor como médico de familia, lo hace hablándonos sobre las poblaciones y centros de salud donde ha ejercido. En su atención a los enfermos descubriremos su humanidad, y su vocación profesional.
Con su entrega y dedicación afronta todas las carencias socioeconómicas y materiales, que se daban en las poblaciones rurales. Percibimos cómo va sorteando, contracorriente, las dificultades y cambiando su entorno más cercano, para que su labor fuese satisfactoria y diese mejor resultado, adaptándolos a los cambios que la sociedad iba demandando. En la lectura observamos que nunca se ha sentido cómodo y confortable en la rutina. Siempre se ha replanteado todos los aspectos de su vida laboral. Ha resuelto las dudas preguntándole a quienes más saben; y estudiar, sobre todo estudiar, ha sido el complemento.
Si a esa dedicación y entrega se une la calidad humana, el médico de Atención Primaria lo que hace es derribar todas las fronteras de discriminación socioeconómicas, políticas, psicológicas... Esto lo observamos en la lectura de las historias de las vidas de los enfermos, que se relatan en este libro, y en ellas, encontraremos: Ejemplos de humanidad que nos enseñarán a afrontar la vida.
En estos tiempos de grandes avances tecnológicos y científicos, es triste que se le dé menos importancia a la Atención Primaria. Como D. Amador López expresa en el epílogo: “La esencia de la medicina está en la Atención Primaria. El médico por excelencia es el especialista de familia, cercano a la población, a la cabecera del enfermo en su casa, con un conocimiento integral e integrador de la salud”.
Os invito a la lectura de este libro, porque encontraréis en sus relatos clínicos, dignos ejemplos de humanidad, que nos servirán para afrontar la vida. La segunda razón, para tomar conciencia de lo importante que es la medicina de familia. Y la tercera, porque su apasionante lectura es una fuente de aprendizaje.