El despertar de Morfeo

Pensar en la existencia de la humanidad y su evolución, desde los ‘Neandertales’ hasta el ‘Homo sapiens’ actual, me hace sentir que vivo un sueño.

Esto me acerca a la Teogonía: esos dioses creados por el sentimiento del ser humano, con objeto de justificar su existencia y la de los seres vivos que habitan este bello planeta. Y, como hablo de sueño, recurro a Morfeo que nos hace soñar cada día, y recuerdo las palabras del poeta: “Morfeo me reveló que, en un principio no existía ni el día ni la noche, ni el cielo ni la tierra. Todo era sueño. El sueño reinaba sobre todas las cosas”. Metáfora que me vale para expresaros la importancia que los sueños han tenido y tienen en la vida humana, para dar respuesta  a las preguntas: ¿Cuál es el origen del ser humano?, ¿a dónde camina? Preguntas que la ciencia pretende responder, pero nos sentimos insatisfechos. 

La ciencia nos demuestra que el ser humano, igual que todos los seres vivo, está sometido a la selección natural, que impone la biología con sus fuerzas físicas y reacciones químicas. Pero dicha insatisfacción ha motivado que, en el presente siglo XXI, ese límite ha sido trascendido. Ahora se está empezando a quebrar las leyes de la selección natural, sustituyéndolas por las leyes del diseño inteligente. (Según recoge el profesor y escritor israelí Yuval Noah Harari en su libro Sapiens. De animales a dioses, donde recoge una breve historia de la humanidad).

Actualmente, se está sustituyendo la selección natural por el diseño inteligente, que se realiza utilizando la ingeniería, ya sea biológica, o biónica como la de cíborgs (donde se combinan partes orgánicas con partes inorgánicas); y la ingeniería de creación inorgánica. 

La ingeniería biológica es la intervención humana deliberada a nivel biológico, (es decir, la implantación o manipulación de genes), destinada a modificar la forma, las capacidades, las necesidades o deseos de un organismo. La ingeniería de ciborgs o vida biónica consiste en poner implantes: marcapasos, implantes cocleares (de oído), brazos biónicos; así como microchips para la visión o electrodos  en el cerebro... Sin embargo, de todos los proyectos que actualmente están en desarrollo, el más revolucionario es el intento de diseñar una interfaz directa en dos sentidos: cerebro humano-ordenador y viceversa. Cuyo interfaz permitirá que el ordenador lea las señales eléctricas del cerebro humano y, a la vez trasmitir sus señales con conexiones directas por internet al cerebro humano). Otra tercera vía, que supera el límite de las leyes naturales, es producir seres completamente inorgánicos: crear un cerebro artificial, que sea similar al humano. El cual posea el mismo potencial e, incluso superior, y que  actúe y se comporte como un humano. Por ejemplo, el ‘Proyecto Cerebro Humano’ fundado en 2005, que en 2013 recibió 1.000 millones de euros de la Comunidad Europea.

Hace 70.000 años, ‘Homo sapiens’ era todavía un animal insignificante. En esta nueva ‘Era’ está a punto de convertirse en un dios para crear y destruir. Pero ignora qué hacer con su poder. ¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?