El becario de iniciación a la investigación de la Universidad de Granada, Mario Segovia, ha publicado en la revista de historia del arte Accadere, de la Universidad tinerfeña de La Laguna las conclusiones a su estudio sobre el San Sebastián de Algarrobo. 

Tal y como desarrolla en el trabajo titulado Una obra de juventud de Francisco Palma Burgos: la talla de San Sebastián de Algarrobo, 'el pueblo simpático y noble', el autor reconstruye el proceso de encargo de la imagen de San Sebastián a Francisco Palma, gracias al documento que encontró en su interior el restaurador Enrique Salvo Rabasco durante la restauración llevada a cabo en el año 2018.

Asimismo, en el estudio se plantea la hipótesis de cómo llegó la devoción de San Sebastián hasta la localidad algarrobeña por influjo de la cercana ciudad de Vélez-Málaga. En Algarrobo se localizaba una antigua imagen de San Sebastián realizada en un posible taller granadino del siglo XVII hasta su destrucción en el año 1936. Tras esta destrucción, diversos vecinos de Algarrobo emprendieron la tarea de recuperar al patrón perdido. De entre ellos destacaron Celestino Martín Palma, Rodrigo Martín Palma, José Ruiz “El Señorito”, Rafael Ariza y Jorge Gil. Para reconstruir esta historia, el investigador se ha valido de los conocimientos de Manuel Jesús Fernández Camacho, vecino de Algarrobo, que recopiló diferentes testimonios de personalidades relacionadas directamente con este encargo. Asimismo, también han sido muy importantes los testimonios aportados por Alberto Pérez Gil, anterior alcalde de Algarrobo y nieto de Jorge Gil, protagonista y partícipe del encargo.

El imaginero

Francisco Palma Burgos fue un escultor y pintor nacido en Málaga capital en 1918. Fue discípulo de Mariano Benlliure, y con sólo 22 años fue nombrado académico de la Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Su fama trascendió gracias a su trabajo como imaginero. Falleció en 1985.