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Manuel Berenguer, alma máter de la sociedad de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga
El pasado mes de enero nos dejaba Manuel Berenguer, un veleño ilustre que dejó un amplio legado cultural. NOTICIAS 24 se suma a su reconocimiento con las palabras de la Sociedad de Amigos de la Cultura en este suplemento. También publicamos una acolumna de Francisco Gálvez sobre el maestro veleño
D. Manolo Berenguer, fue presidente de la Sociedad Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga (2000-2007) y uno de los miembros fundadores de la misma.
Los caminos de Manolo y la SAC se cruzan en el año 2000, de forma oficial cuando es elegido presidente en la primera asamblea de socios celebrada en junio de ese mismo año; sin embargo, el germen de la idea de crear esta sociedad, fue un año antes, en 1999, precisamente por la necesidad de ayuda y colaboración con las religiosas, en la recaudación de fondos para la reparación de las cubiertas del edificio conventual. Se creó una comisión ciudadana denominada ‘Un tejado para las Carmelitas’ y, a partir de ese momento, se fue gestando la idea de la SAC que ha ido recogiendo las inquietudes, los esfuerzos y las preocupaciones culturales de los ciudadanos de la comarca de la Axarquía.
Desde ese mismo instante, su vida personal y profesional se unirán con la asociación para siempre hasta el momento de su pérdida hace un mes y pocos días.
Resumir en pocas palabras lo que él supuso en la vida política y cultural de su pueblo, es tarea difícil, puesto que han sido muchos los años de trabajo en los que ha estado vinculado, además de su profesión como maestro, al asociacionismo y los colectivos sociales de ámbito religioso, deportivo, lúdico…, y en el caso concreto de la SAC, en la defensa y la divulgación del patrimonio histórico-artístico, siempre de forma desinteresada, pero seria y contundente, sabiendo defender esos intereses de forma equilibrada, sin aspavientos ni malos modos, el diálogo y la educación ante todo.
Su experiencia como concejal del Partido Andalucista, en la etapa del primer Ayuntamiento democrático, lo curtió en esos menesteres y se convirtió en el referente de todos los que consideramos la defensa del patrimonio y la cultura en general un deber y una obligación.
Hombre de profundas convicciones religiosas, supo inculcar esos valores en sus alumnos y, por encima de todo, a su familia, a la que adoraba.
Con su carisma y personalidad era capaz de traspasar las diferencias que pudieran surgir entre los partidos o colectivos de toda índole y movilizarlos para reivindicar un fin común, en una clase de activismo cultural del que, en estos momentos tan difíciles por los que estamos pasando, carecemos y que esperamos recuperar lo antes posible.
Su presencia en los medios de comunicación locales era señal indiscutible de la influencia que ejercía su opinión en temas no solo relacionados con el patrimonio, sino con todos aquellos que afectaban a los vecinos y amigos que le solicitaban su asistencia para hablar de tal o cual cuestión, siempre con moderación y espíritu de crítica constructiva.
Lector impulsivo de la prensa y estupendo articulista, dejó una buena muestra de ello en la publicación del libro Mi pueblo, que la SAC editó y que recoge los artículos que Manolo escribió durante catorce años en la revista TODO. Prologado por nuestra presidenta Pilar Pezzi, define muy bien cómo era Manolo: “Hay personas que son capaces de valorar lo que de extraordinario tiene su entorno más inmediato y se esfuerzan denodadamente por conservarlo y transmitirlo a los demás, bien por su especial sensibilidad o bien porque, en un momento dado de sus vidas, han tomado conciencia de ello al enfrentarse a algún tipo de revulsivo”.
Su trayectoria en la SAC, una vez abandonada la presidencia, continúo como tesorero, cargo que ocupó hasta el final. Berenguer y SAC juntos, de una manera u otra, siempre trabajando y siendo el acicate necesario que animaba al resto a continuar incluso en los buenos y malos momentos, que los hubo a lo largo de sus 82 años de vida, desde su impotencia por no poder salvar del derribo al convento de El Carmen, hasta la rehabilitación de los Pósitos, San Juan y otros pendientes como Las Claras o Toscanos.
Manuel Berenguer Pérez y la SAC, alianza indisoluble, tienen como principal objetivo el estudio, la defensa y la difusión del Patrimonio Histórico-Artístico de la ciudad, objetivo por el que trabajaremos siguiendo su ejemplo, bajo su atenta mirada.
Don Manuel
En 2010 el director de NOTICIAS 24 inauguró una sección periodística llamada ‘Los Nuestros’ con una reseña a Manuel Berenguer. Sirva de pequeño homenaje al maestro.
Este espacio está dedicado a raspar, ya sea superficialmente, el barniz público de esos personajes axárquicos que he dado en llamar ‘Los nuestros' por razones evidentes. No obstante, creo que comenzar por don Manuel Berenguer era una razón de justicia, porque, efectivamente, poca justicia se le ha hecho a quien tanto ha escrito avisando -y muchas veces lamentando- el deterioro con- tinuo de un municipio tan rico históricamente como Vélez-Málaga.
Ya nos avisó Benavente de que la satisfacción la debe encontrar uno en el hacer, no en el recoger, palabras certeras que se ajustan a la perfección a la labor que D. Manuel ha venido realizando desde hace muchos años, mucho antes que la revista TODO recogiera sus escritos. Uno lo recuerda como al sabio profesor de Zona Norte que en clase de religión nos contó la parábola de la cuchara de madera, y lo tuvo que hacer bien porque desde entonces nunca dejé de mirar a las personas mayores con otros ojos que los de la solidaridad y el cariño, quizás, inconscientemente, preparando yo también mi cuchara de madera para cuando me toque. El caso es que D. Manuel vino un día a clase respirando aires de libertad, aunque ninguno sabíamos qué era aquello y, ya para siempre, uno ha seguido el trabajo incansable de D. Manuel en sus facetas más conocidas: las de político andalucista y las de combativo articulista en aras de un Vélez-Málaga mejor, y eso fue lo que lo llevó a encabezar el movimiento ciudadano agrupado bajo la Asociación de Amigos de la Cultura, que, recientemente, ha tenido el gesto de honrar a su primer presidente con la confección de un libro (Mi pueblo) donde se recogen sus artículos publicados en la revista TODO.
Independientemente de cualquier crítica estilística o literaria que no viene al caso, considero el libro de D. Manuel una herramienta imprescindible para comprender el gran salto dado por Vélez-Málaga en el periodo de tiempo que ocupan sus escritos. Basta ver su artículo sobre la carta de los niños de Zona Norte al alcalde para ver el cambio sustancial de aquel barrio, y eso, en gran medida, se produce porque D. Manuel lo denuncia.
Mi pueblo es sólo una pequeña parte del homenaje que D. Manuel merece; la otra gran parte se la debemos los veleños por su incansable labor de tantos años en aras del bien común.
Enhorabuena, maestro.