ENTREVISTA
Salvador Gutiérrez: “Para mí, crear es una de las cosas más importantes de la vida. Creo en crear”
Salvador Gutiérrez es, sin duda, uno de los talentos más grandes que tenemos y, como tal, debería ser reconocido en virtud de sus notables apariciones literarias, tanto en prosa como en poesía. Pero esto se parece mucho a la Vetusta de Clarín, y por eso los creadores más libres son también los más ignorados por los poderes del terruño. Ellos sabrán por qué. No obstante -y afortunadamente- le queda la palabra.
PREGUNTA.- Acabas de conseguir el accésit comarcal en el certamen de poesía Joaquín Lobato. Enhorabuena. Pero también tengo entendido que has conseguido el segundo puesto.
RESPUESTA.- Gracias. Sí, estoy muy contento de haber obtenido el accésit, pero me siento, si cabe, más orgulloso, de haber conseguido el segundo puesto, ya que se han presentado ochenta obras de toda España y de Sudamérica, así que el nivel, tanto en cantidad como en calidad, ha sido muy elevado. De hecho, la última vez que me presenté al concurso, que fue en el año 2011, también conseguí el accésit y también quedé en el segundo lugar. Me siento orgulloso.
P.- Tú ya has conseguido el premio nacional en una ocasión…
R.- Es cierto, gané el premio nacional en 1999. Debo decir que este certamen me da suerte, porque las únicas veces que me he presentado he obtenido algún galardón. Puedo decir con orgullo que, hasta el momento, soy el autor comarcal que más veces ha ganado algún premio de este certamen.
P.- ¿Con qué obra has obtenido el accésit?
R.- Es un libro de unos cincuenta poemas que se llama Nostalgia de la tierra. El título se lo he copiado a María Zambrano que tituló un artículo de su ensayo Algunos lugares de la poesía con ese nombre; de hecho, el poemario va encabezado con una cita de ese mismo libro.
P.- ¿Cuál es su filosofía?
R.- La cita que comento de Zambrano viene a decir que en el expresionismo pictórico la conciencia y el hurgar en el inconsciente habían devorado, de alguna manera, a la realidad. Las vanguardias de principios de siglo XX renunciaron a la realidad en busca de lo surreal y de lo onírico. En el poemario hablo, sin embargo, de la capacidad de salvación, en todos los sentidos, pero sobre todo en el mental, que tienen la tierra, la materia, las cosas. El poemario está dividido en varias secciones en las que intento hablar de la tierra salvadora. Pero también de la música y del tiempo. Además, en una última sección intento hacer un repaso, de forma sui géneris, a la filosofía de lo que fueron las vanguardias del siglo XX.
P.- ¿Cómo se inserta esta obra en tu producción?
R.- Es una pregunta muy interesante y muy difícil de contestar. Pero te contestaré, una vez más, con un pensamiento de María Zambrano. Ella decía que escribía cosas, sin pretensión alguna, y las iba dejando dentro de una carpeta. Al cabo del tiempo acudía a los textos y comprobaba que había una conexión y una coherencia interna entre los distintos escritos. Salvando todas las distancias, eso podría decir yo: escribo, escribo poemas, que se convierten en libros, sin pensar que sean parte de una obra mayor, pero cuando lo miras todo en conjunto percibes que tiene una cierta coherencia. Y en ese sentido creo que este poemario es parte inseparable de los otros dos anteriores: Los labios del silencio y La casa por la noche, en los que intento acercarme a una poesía de forma esencialista. Intento, cada vez más, destilar el poema. Alguien dijo una vez algo así como: “disculpen, no he tenido tiempo para escribirlo más corto”. Eso es lo que pretendo en poesía, entre otras cosas.
P.- ¿Cuáles son tus metas y ambiciones literarias?
R.- Mira, yo no estoy en ninguna antología de nada. Eso quiere decir que no existo en el panorama poético nacional. Tampoco he ganado ninguno de los premios prestigiosos, con lo cual ni estoy ni se me espera. Sin falsa humildad, te diré que no persigo ni tengo metas de ningún tipo. Es más, no he pretendido ni publicar. No he movido un solo dedo por publicar. Soy de los que pienso que se escribe y se crea para probarse a uno mismo. Alguien dijo que en la creación luchaba contra sus limitaciones. Para mí, crear es una de las cosas más importantes de la vida. Creo en crear. Pero, a partir de ahí, no pretendo nada más. Eso sí, pretendo construir una obra de cierta calidad, honrada, verdadera, sin hacerme trampas al solitario. Si, una vez terminada (para mí, a pesar de mi edad, aún estoy empezando), la muestro, gusta y tiene una cierta repercusión, pues bienvenida sea. A nadie le amarga un dulce…
P.- ¿Cómo ves el panorama de la poesía actual?
R.- Muy interesante. Hay muchas intenciones poéticas conviviendo. Mucha gente escribiendo. Y sobre todo mucha gente joven. La poesía está de moda. No obstante, creo que, desde las editoriales -están en su derecho- se están buscando, demasiado deprisa, a talentos jóvenes. Y los están convirtiendo casi en estrellas del cine. Y hay mucho poeta joven de mucho éxito que necesitaría el paso del tiempo para aclimatar su talento. Yo creo que en Málaga hay una gran ebullición poética. Para mí, uno de los grandes poetas de los últimos decenios en España vive en Málaga. Es Francisco Ruiz Noguera.
P.- ¿Y el panorama axárquico?
R.- Te diría lo mismo. Mucha gente y mucha gente joven escribiendo. Y cada uno con un mundo y con un estilo completamente distinto. Creo que es muy interesante el panorama en la comarca. En Vélez, desde siempre, ha habido muy buenos poetas y en Nerja se está viviendo una auténtica eclosión de lo poético. Aunque sea parte interesada, junto con los poetas Julio Gallego e Ildefonso Gómez, creo que los recitales Damas de Noche han contribuido mucho a esta revitalización poética en la comarca.
P.- ¿En qué estás ahora, qué estás escribiendo?
R.- Yo no paro de escribir, a veces como apuntes; otras, como esbozos de poemas; las menos, como poemas que doy por buenos. Ahora, después de terminar Nostalgia de la tierra, estoy en los inicios de algo, de algo que dentro de algún tiempo se puede materializar en un poemario, pero no necesariamente, porque al final puede que solo sean poemas sueltos. Por otro lado, estoy enfrascado en un libro de aforismos. Y también estoy terminando un poemario infantil sobre la importancia del hambre y de la comida en el Quijote. No voy a engañarte, ese libro me gustaría que tuviera cierta difusión: en forma de libro infantil, con ilustraciones, o llevándolo a conocer a los niños y a los colegios de forma recitada o escénica. Desde las páginas de tu periódico aprovecho para pedirle a las instituciones que puedan patrocinarlo. Creo que da una visión original del Quijote. ¿Crees que mi llamada tendrá alguna repercusión? (risas).