¡40 años!
Columna de Antonio Jiménez
“El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”. ¿Quién no ha escuchado o leído alguna vez en su vida esta proverbial sentencia de Lord Acton? Al caso, tengo para mí, que más que el poder en sí, es el tiempo de su desempeño el que hace inevitable la corrupción. Elija usted al mejor de los políticos (o de los partidos) para una legislatura de 4 años, y yo, con usted, pensaré que lo hará estupendamente. Pero, ¡por Dios y la Democracia!, no me los mantenga durante 40 años; que es lo que nos ha pasado a los andaluces con el PSOE.
Nuestros vecinos portugueses saben algo de esto: En plena crisis de la II República, en 1928, el presidente Fragoso Carmona entregaba la cartera de Finanzas al más prestigioso portugués del momento, Antonio Oliveira Salazar, profesor de Economía de la universidad de Coimbra: sabio, austero... Así empezó y así sigue siendo recordado por el pueblo portugués en las encuestas de la TVP, en tanto que el más grande de “Os grandes portugueses”, a pesar de los 40 años siendo rehén de las derechas y sus redes clientelares. Sus restos descansan en su pueblo junto sus padres en una modesta tumba... tan alejada de la de Franco en el Valle de los Caídos.
¡Hasta entre dictadores, siempre ha habido clases!
Claro que los socialistas andaluces pronto enseñaron la pezuña con ‘el maletín de las carreteras’ (caso Ollero) y el ‘caso Guerra’. Aunque, lo que nadie podía esperarse es que todo un histórico partido obrero rapiñara a manos llenas de la mismísima caja de los paraos andaluces... ¡cientos de millones de euros!
Está comprobado que un paseíto de la derecha por el poder andaluz no puede sentarle mal a Andalucía... ni al PSOE.