Opiniones

Monarquía o República

Columna de Antonio Jiménez

Desde ‘el mono’, el proceso civilizador de la razón viene ocupando los espacios dejados por la fe (tradiciones, etc.). El paradigma es alcanzar la armonía: fe & razón. Metidos en el más civilizado siglo XXI, los dos bandos en contienda habrían de acompasar sus pasos sin violentarse, con civismo. De ahí que el cortoplacismo izquierdista (Lenin) sea la bomba de relojería siempre dispuesta a estallar. El “Arderéis como en el 36” de la Rita Maestre en la capilla de la Universidad, no es flor de un día malo. 

El pasado 14 de abril se cumplían 88 años de la proclamación de una II República Española que venía a poner orden en nombre de la razón y, de terciarse, de la revolución. La misma república que nuestro izquierdismo-nacionalista nos quiere vender ahora, contra el 78, como el paradigma de las libertades y el diálogo. 

En aquellos primeros meses se desencadenó la quema de iglesias y en 1932 se produjo un patético testimonio de intransigencia religiosa con la cofradía de La Estrella. Cuando le pusieron ‘La Valiente’, por el miedo de las demás a salir. ¿Se imaginan una Sevilla sin Semana Santa porque a mi siempre admirado Azaña se le ocurrió en pleno Parlamento aquella barbaridad de “España ha dejado de ser católica”? ¡Hay que ser imbécil! Ante el 28-A, nada de esto debería dormir el sueño de los justos. 

A pesar de lo cual, intelectualmente, of course!, soy republicano. Pero políticamente, por pragmatismo, para España (mientras siga el revolutum) prefiero  la monarquía parlamentaria del 78. Al igual que Felipe, Guerra, Carrillo... 

Se puede ser materialista y laico, y saber que el cristianismo es el tuétano cultural de Europa. Comprar la Re­pública hoy, se puede; pero una república izquierdista como la del 31 sería el despiporre.