Y de pronto, el caos
Con Obama, no es que el mundo estuviera para tirar cohetes. Pero con Donald Trump, por las trazas, no creo que nadie se atreva a desdeñar la hipótesis de que nuestro planeta pueda saltar por los aires.
Después de su esperpéntica campaña presidencial, y cuando la sensatez invitaba a pensar que una vez instalado en la Casa Blanca amainaría en sus disparates, el estrafalario millonario acaba de batir todos los récords históricos con 17 decretazos firmados en su primera semana. ¿Será verdad aquello de que lo poco espanta (Maduro)y lo mucho amansa (Trump)?
Si a mediados del siglo XIX, Marx y Engels abrían su Manifiesto comunista con aquella frase (“Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”) que alentó las esperanzas de los olvidados de la Tierra —aunque a la postre todo quedara (tristemente) en un sangriento y estéril reguero de frustradas revoluciones—, los fantasmas globales de este Trump ni tan siquiera han dispuesto del elegante ropaje intelectual y la bondad demagógica que aquel ‘par de dos’ exhibieron en su histórica puesta de largo. Aquí solo se ve xenofobia, machismo grosero y mucho nacionalismo.
Entre el ‘Pato’ Trump y el ‘Puto’ Putin + el brexit británico y la Le Pen francesa, + el Pablito y el Íñigo a la gresca, y el Sánchez amenazando con reventar el histórico PSOE + lo que entiendo como peor: la alegre propensión de las masas euroamericanas a votarlos..., muy mal vamos.
¿Aguantará la Unión Europea (España) el órdago de tamaño ‘frente común’?