Vaya por delante el reconocimiento a todos los galardonados con el Escudo de Oro de Vélez-Málaga, pues es un reconocimiento merecido a quienes, de una manera u otra, contribuyen con su labor al buen nombre del municipio.

Sin embargo, dado el carácter póstumo de su premio y por las singularidades del premiado, así como por su cercanía a nosotros, hemos de hablar de Antonio Jiménez.

Propuesto por el GIPMTM, el galardón a Antonio llega para reconocer a quien, junto con otros nombres ilustres, impulsó, desde todos los frentes, lo que hoy conocemos como comarca de la Axarquía.

La memoria y el agradecimiento a quien fue un destacado intelectual que dedicó sus esfuerzos a dotar de entidad una comarca entonces desunida, poco conocida y apenas desarrollada, es algo que hay que reclamar y exigir.

Honrar el papel que desarrolló Antonio Jiménez, es honrarnos a nosotros mismos como hijos de esta tierra y a aquellos que unieron talentos -Segovia Lobillo, Montoro, Serralvo, Galán...- para que hoy podamos sentirnos orgullos de conocer, comprender y amar la comarca de la Axarquía.