Desde hace ya muchos años, uno de los elementos más recurrentes de los programas electorales es la configuración del núcleo urbano. De una manera u otra, hasta la irrupción de la política de sentimientos y eslóganes, los partidos se afanaban en dar sus ideas para crear un modelo urbano acorde a la idiosincrasia y la Historia del núcleo en cuestión.

El caso de Vélez-Málaga es paradigmático, pues siendo una población destinada a seguir creciendo, se permitió la instalación, de un polígono industrial entre las dos entidades mayores del municipio, error siempre criticado que, aun así, se volvió a repetir hace no mucho con otro polígono industrial que cercena el crecimiento por el norte.

Valga el ejemplo para poner de relieve que también desde hace muchos años se ha ido procurando sacar a los vehículos de los centros urbanos sin planificar primero cómo lograr evitar aglomeraciones por las cada vez menos vías para el tránsito, como se puede apreciar en la misma circunvalación veleña, que ya se ha quedado pequeña.

Si lo próximo es cobrar peaje en las autovías, veremos recobrar a la N-340 su antiguo ‘esplendor’ de vía saturada, atascos, colas y una imagen pésima.