La crispación de la clase política

Editorial de Noticias 24

Si hace no mucho escribíamos sobre los insultos que se regalaron varios concejales en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, en estos días hemos visto uno de los espectáculos más bochornosos que se pueden dar en una democracia avanzada como la española: los insultos en el Congreso de los Diputados.

Insultos, sí, y jaleos, aplausos, escenas teatrales, abucheos... Un patético panorama que demuestra la crispación de la clase política española, pero también su bajo nivel intelectual y educativo.

Parece mentira que sus señorías hayan tomado un camino que, indefectiblemente, se traslada a los ciudadanos, porque lejos de debatir propuestas desde diferentes puntos de vista ideológicos, han logrado convertir las salas nobles donde se representa la voluntad popular en platós de televisión actual, donde casi todo son desplantes e interrupciones que a ninguna parte llevan.

Esto, como decimos, se traslada a los ciudadanos, que disponen de las herramientas digitales para volcar toda su frustración, preferentemente a través de las redes sociales.

Parece cada vez más evidente que, independientemente de los títulos académicos de nuestros representantes -unos más verdaderos que otros- lo que falta es civismo. O no sabemos cómo acabará esto.