Crispación social

Editorial de Noticias 24

Desde que a Zapatero se le escapara ante un micrófono abierto aquello de “hay que tensionar a la sociedad” con sus ocurrencias, los ciudadanos que hasta entonces no habían caído en esa estrategia política, comenzaron a comprender el motivo por el que parece que los españoles no pueden vivir en una sociedad serena y madura.

Los informativos de las televisiones, los grandes titulares, las noticias más leídas (o al menos clickadas) en los digitales, acusan una grave deriva de lo que es el interés general hacia estados de opinión crispados, morbosos o, directamente, de usar y tirar.

Así, problemas de nuevo cuño, cuando no directamente inventados y, tarde o temprano, olvidados de nuevo (sólo hay que recordar el lamentable protagonismo que tuvo la SGAE cuando gobernó ZP y el que tiene ahora), van tensionando a la sociedad mientras los grandes problemas pasan a ser secundarios o, directamente, dejan de existir para los creadores de opinión.

No sabemos, por ejemplo, qué piensa el gobierno o la oposición sobre la necesidad de un plan hidrológico nacional o qué va a pasar con el tranvía o cómo afecta a los agricultores el acuerdo con Mercosur, pero tenemos las alforjas llenas de información vana.