El martes pasado, un grupo de periodistas de diferentes medios -entre los que estaba NOTICIAS 24-fueron invitados a visitar la Cueva de Nerja con motivo del impulso que ésta quiere dar al 6 de junio como Día Internacional del Mundo Subterráneo, petición que va a ser elevada a la UNESCO. Gracias a ello, los periodistas comprobaron de primera mano -de la que fuimos llevados gentil y cultamente por el gerente de la institución, Carlos García, y el conservador, Luis Efrén Fernández- para conocer no sólo los impresionantes dones naturales de la gruta, tan bien conocidos por el público en general, sino también las salas reservadas donde trabajan los científicos desentrañando los misterios de nuestros ancestros prehistóricos. 

Es fascinante adentrarse en las brumas del pasado de la mano de estos expertos, pero un tanto triste el pensar que, estando tan cerca uno de los monumentos naturales más importantes del mundo, sea un gran desconocido. Porque, independientemente de su belleza pétrea, de la posibilidad de encontrar huellas de neandertales, o de que aparezcan nuevas cavidades, lo cierto es que la Cueva de Nerja es un lujo en nuestra comarca, un monumento grandioso en el que cientos de personas trabajan para arrancarle sus secretos. 

No debería haber nadie en la Axarquía que no la haya visitado alguna vez, pero no debemos olvidar que, además de un activo turístico, es un libro a medio leer que científicos y gestores -a los que hay que apoyar- se afanan en traducir para mayor fortuna nuestra.