Casi dos años ya en los que no hemos salido más fuertes, pero sí vamos aprendiendo a convivir con los vaivenes del covid y de los administradores sociales. 

Lleva siendo tan alta la presión sobre los ciudadanos, que cualquier mínimo resquicio de libertad es aprovechado, como se ha comprobado este pasado verano en las diferentes actividades de los ayuntamientos. Es extraño pasar de prohibir ir a la playa de noche incluso solo, de obligar a llevar la mascarilla aunque se esté en una loma cavando viñas, a ver los espectáculos llenos de gente, pero así son las ocurrencias en tiempos del covid.

El 10 de junio de 2020, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó que habíamos “vencido al virus”. Desde numerosas tribunas, se culpa a los no vacunados del incremento de los casos, mientras que la propia Organización Mundial de la Salud, culpaba estos días a los vacunados por “confiar” en la vacuna. La pandemia más rara de la Historia. Hoy, 3 de diciembre de 2021, se habla de nuevas restricciones, nuevas mutaciones, nuevos controles, nuevas ‘vacunas’ para todas las edades, en un runrún permanente que esperemos no desemboque en otra Navidad como la de 2020.