Con los ecos de las elecciones locales aún resonando con fuerza, el país se encamina hacia unas nuevas elecciones, en este caso generales, que prometen -ya lo están siendo- estar tan cargadas de frases y eslóganes y tan alejada de la realidad social como se esperaba. 

En las locales hemos notado ese mismo distanciamiento: Agenda 2030, resiliencia, sostenibilidad, etc., mientras el ciudadano de a pie se preocupaba por la escasez de agua, el empleo, la limpieza y todos aquellos problemas reales que se espera que los gobernantes resuelvan. De ahí que Moreno Ferrer excusara sus pobres resultados con que los veleños habían votado como pueblo y no como ciudad, precisamente porque en unas elecciones locales lo que se espera de los políticos es que identifiquen los problemas reales de la población y contribuyan a resolverlos y, como muestra, los tres partidos que más concejales han logrado en Vélez-Málaga, han centrado sus esfuerzos en estos problemas de los ciudadanos, mientras que los que han divagado sobre los temas de moda, se han quedado relegados o ni siquiera han logrado un escaño.