La apología de las mujeres
Durante el siglo XVIII la Ilustración favoreció que se removiera el papel de la mujer en la sociedad española, iniciándose un largo debate que habría de servir para definir su participación e identidad en el mundo de la época.
Se levantaron voces reivindicativas, destacando “el grito feminista” de Inés Joyes y Blake, vecina de Vélez-Málaga, madre del famoso general Joaquín Blake y Joyes (presidente del Consejo de Regencia durante las Cortes de Cádiz) y amante de las letras, en las que se señaló como traductora.
La ilustre dama Inés Joyes, natural de Madrid (1731), vecina de Vélez-Málaga, donde murió (1808), vivió en la capital de la Axarquía con su esposo, el comerciante de origen irlandés don Agustín Blake, de cuyo matrimonio nacieron nueve hijos.
En el año 1775, Agustín Blake aparece avecindado en Vélez-Málaga, en la calle de La Alhóndiga (hoy Calle de las Tiendas), junto con dos criados, en un padrón que fue realizado con fines militares, y que solo recogía a la población masculina y mayor de edad.
En el año de 1798, en Madrid -en la conocida Imprenta de Sancha- se publicó la novela El príncipe de Abisinia, traducida del inglés por Inés Joyes, y en la que insertaba, a su final, una carta original de ella misma, “dedicada a sus hijas”, en la que hacía una significativa apología del género femenino, como defensa manifiesta, razonada y reflexionada, de las mujeres.
Por su contenido, por la época en que se publica, y por el inteligente mecanismo utilizado de edición-difusión, ésta Apología de la Mujeres es un texto ejemplar que cobra especial relevancia en estos tiempos de inicios del siglo XXI.
En 1938, María del Pilar Oñate (El feminismo en la literatura española. Espasa-Calpe, 256 pp.) la incluyó entre las escritoras que en siglo XVIII alzaron la voz para defender a su sexo, y considerándola, por tanto, una de las primeras “feministas” españolas.
Recientemente, en las últimas décadas, la profesora Mónica Bolufer Peruga, de la Universidad de Valencia (Mujeres e Ilustración...); el profesor Eterio Pajares Infantes, de la Universidad del País Vasco (Inés Joyes y Blake, feminista ilustrada…), etc., han puesto en valor a esta autora, que fue vecina de Vélez-Málaga, que vivía a cien metros de la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País (a la que ella no perteneció), y madre de un veleño notable, protagonista de la historia de España en el siglo XIX.
Bueno es que los de la Axarquía sepamos que durante la Ilustración, mientras avanzaba la Sociedad Económica de Amigos del País de nuestra tierra, una vecina de aquí publicó en Madrid un texto llamado Apología de las Mujeres que entonces se difundió a lo largo y ancho del país con un papel ejemplarizante, y que en la actualidad se está conociendo y se le reconoce como uno de los primeros manifiestos feministas de habla castellana.