Militar veleño del siglo XIX
El 1 de septiembre de 1812, año de la Constitución de Cádiz, en el seno de una familia muy humilde, nació en Vélez-Málaga Fernando Gil Palacio y Rando, que, pasado el tiempo, será un notable militar del ejército español con una brillante y abultada hoja de servicios.
En su niñez no recibió otra instrucción que la elemental y pasó la primera parte de su vida sin ocupación alguna. Vélez-Málaga, azotada por un innumerable cúmulo de desgracias, no podía ofrecerle porvenir alguno a sus ambiciones y, poco a poco, fue meditando la posibilidad de ingresar en la vida militar. En ella, con suerte, podría hacerse un futuro y saciar su espíritu aventurero.
Así pues, cansado de la monotonía, por un lado, y empujado por grandes aspiraciones, por otro, se decidió a ingresar en el ejército, logrando hacerlo con el grado de subteniente.
Su primer destino fue el Batallón de Tiradores de Málaga, con el cual se embarcó para Cataluña el 1 de octubre de 1835. Allí, con motivo de la guerra carlista, tomó parte en las acciones de Sanaluga, Foza, Urgate, Santa María de Monteprades y Montemolio.
El año 1837 le trajo muchas ocasiones de hacer méritos. Sus intervenciones en la acción ocurrida entre San Quirse y el Río Fer (el 16 de abril), en la de Puente Ursim y pueblo Urban (el 4 de junio) le permiten acceder al grado de teniente. El día 5 de junio se encontró en la salida de Geronilla y en la marcha de Baga, y el 23 del mismo mes en el sitio de Baga, que fue tomada finalmente el día 30.
Participó, asimismo, en el levantamiento del sitio de Seo de Urgel y el 19 de julio, en la acción de Blamies y levantamiento del sitio de San Juan de las Abadesas, y el 26 de agosto en la acción de la Feu de Dorca.
Ya en 1838, los días 3, 4 y 5 de febrero intervino en las acciones que tuvieron lugar al conducir un convoy a Cardona, siendo tanto el mérito que contrajo en ello que fue condecorado con la Cruz de San Fernando, de primera clase, en el mismo campo de batalla. El 16 de marzo participó en la toma de Ripoli, los días 5 y 6 de abril en el levantamiento del sitio de Sarriá, el 15 del mismo mes en la acción de San Quirse, y desde el 27 al 30 en el sitio y rendición del Castillo de Oriz. A finales de julio asistió a las distintas acciones a que dio lugar el sitio y rendición de la plaza de Soisona, lo que le valió para obtener el grado de Capitán.
Terminada la guerra, se ocupó en el servicio ordinario hasta que el 21 de junio de 1843 se adhirió al alzamiento nacional contra el regente Baldomero Espartero.
A fines de 1843 fue nombrado ayudante de campo del general don Manuel de la Concha, a cuyas órdenes estuvo todo el tiempo que duró la contienda, encontrándose en las acciones del Puerto de Santa María y en las cargas dadas a la caballería del regente, hechos, estos últimos, que le merecieron la Cruz Laureada de San Fernando. El 1 de septiembre de 1846 pasó al Regimiento de Guadalajara, en noviembre al de reserva núm. 8, y en septiembre de 1847 al de Écija. De este último pasó al Regimiento de Mallorca, en el que ascendió a comandante el 22 de enero de 1853.
Pero todavía tendría ocasión de intervenir en acciones de guerra, y así, en 1854, participó en la batalla de Vicálvaro y tomó parte en los hechos de armas de Madrid de los días 17, 18 y 19 de julio, por los que fue ascendido a Teniente Coronel. No obstante, este último nombramiento fue luego suspendido como norma general.
Por Real Orden de 14 de marzo de 1857, y atendiendo a sus méritos y antigüedad, fue graduado coronel y destinado en comisión a la Junta de Estadística de Alcira. Al poco tiempo se le destinó al Batallón Provincial de Santiago núm. 16, y el 14 de octubre de 1857 pasó al Regimiento de Toledo núm. 35, al que se incorporó en Pamplona.
En el año 1859, por motivos de salud, salió de Pamplona para Madrid con el fin de disfrutar una licencia de cuatro meses, que no llegó a cumplir al sorprenderle la muerte el día 21 de mayo de ese año.