El retablo de San Francisco

Artículo de Francisco Montoro

Tras la Guerra Civil (1936-1939) -que mejor deberíamos de llamar ‘incivil’- muchos de los templos de Vélez-Málaga quedaron destrozados y con su mobiliario destruido o en estado lamentable. Este fue el caso del templo de San Francisco, y de su retablo del altar mayor. 

Conocido el templo por “de San Francisco”, al ser regentado por esa orden religiosa, su nombre oficial realmente era el de Real Convento de Santiago, dado que así fuese nominado por los Reyes Católicos, cuando se fundara a finales del siglo XV, tras la conquista castellana de la ciudad.

Y es que, conquistada Vélez-Málaga en abril de 1487, se fundaron en las mezquitas de ella cinco iglesias, una de las cuales a la advocación del apóstol Santiago. Esta iglesia, junto a Santa María de la Encarnación y San Juan Bautista, va a formar parte de la triada parroquial de los primeros momentos de la castellanización veleña. Comenzó a ser atendida por un cura y seis beneficiados y recibiendo en los repartimientos una heredad igual a la de San Juan Bautista. Y diez años después de la erección parroquial -precisamente mientras se está levantando el nuevo templo-, la Corona, a la vista de que “...las otras dos iglesias bastaban para parroquias de la dicha ciudad...”, elige a la de Santiago como el lugar apropiado para la construcción del Convento de San Francisco. 

El 10 de septiembre de 1499, los frailes franciscanos tomaron posesión de la iglesia, que ese mismo día dejó de actuar como parroquia. Y aquel mismo año de 1499, a expensas también de los Reyes Católicos, se comienza la construcción del nuevo convento. Pronto el edificio albergará a un crecido número de religiosos que contarán para su sustento con numerosas limosnas de la ciudad y, sobre todo, de los fieles.

Y volviendo a los inicios del escrito que nos ocupa, la iglesia, que poseía un hermoso retablo hasta 1936, presidido por una pintura que representaba al apóstol Santiago, quedó brutalmente destrozada, incluido el retablo, en los luctuosos hechos de la época de Guerra.

En la actualidad, el hermoso retablo presenta, presidido por un bellísimo cuadro del inolvidable Francisco Hernández, dedicado a Santiago patrón de España, y que fue construido por subscripción popular tras la guerra, e inaugurado con esplendor el 3 de octubre de 1954.

El nuevo retablo fue construido, como decimos, por suscripción popular, con aportaciones variadísimas que sumaron la cantidad total de 83.838 pesetas, de las que formaron parte las de familias de todos los medios y condición, desde donativos modestos de 0,50 pesetas, hasta otros más potentes de más de 2.000 pesetas. Los datos que poseemos proceden de un cuadernillo informativo publicado por el superior franciscano, padre Silverio Corres, e impresa en la veleña Imprenta Imperio, y distribuida a fieles, cofrades y simpatizantes con motivo de la inauguración.

Entre las aportaciones, que aparecen en los listados conservados, se observan ingresos por rifas llevadas a cabo al efecto (4.882 ptas.), loterías varias (5.362,50 ptas.), donativo del Ayuntamiento veleño (1.000 ptas.), Eléctrica del Litoral (1.000 ptas.), P. Provincial de los Franciscanos (2.100 ptas.), y destacando en modo especial las aportaciones de las colectas en las misas de los terceros domingos (1.954,80 ptas.), los Padres Franciscanos (23.321 ptas.) y de la Orden Terciaria franciscana (14.365,90 ptas.).

El listado general de los donativos publicados, hasta el 13 de octubre de 1954, fecha de la inauguración del nuevo retablo, aporta curiosas anotaciones, que resultan testigos indelebles de las iniciativas de posguerra del Vélez cofrade y popular.

Son muy pocas las iniciativas que conocemos de subscripciones populares en nuestra tierra, entre las que caben señalar la escultura dedicada a Antonio de Vélez y ésta citada del  retablo de San Francisco.