Cien días y medio

Columna de Ignacio Pérez

Han pasado unos cien días desde que se produjera la moción de censura y la proclamación del popular Francisco Salado como nuevo alcalde. Fue el 5 de junio de 2017. La primera crisis que enfrentó al PP con el PSOE fue la debida a los daños ocasionados por intrusos en la Cueva de la Victoria, siendo el Ayuntamiento responsable de su seguridad y custodia, y que desató el cruce dialéctico a propósito de quién gobernaba cuando dicha cueva sufrió los daños. 

Estaba claro que los cien días de nuevo gobierno no iban a ser un paseo por el parque para el PP y el Grupo Andalucista, a pesar del apoyo sin paliativos de Ciudadanos. Sin embargo, este primer desafío cayó rápidamente en el olvido toda vez que populares y andalucistas decidieran eliminar dos propuestas interesantes del anterior gobierno: la participación ciudadana en las ferias de verano de La Cala y de Rincón, y la cancelación del Summer Sport Beach (este último un reto económico y organizativo), que si bien eran incipientes y necesitaban mejoras, habían atraído la atención de visitantes y rinconeros. Pero el verdadero reto al que se enfrentaba y se enfrenta el equipo de gobierno, aunque amortiguado con el apoyo de la portavoz de Ciudadanos, Elena Aguilar, es la supresión de los presupuestos participativos, reivindicados además por una recién creada plataforma ciudadana, formada mayoritariamente por la oposición, con el fin de generar una doble presión: en los plenos y como movimiento ciudadano, eso sí, un tanto politizado. Aún así, el gobierno sí ha estado inteligente y ha contrarrestado el primer envite jugando la baza de los presupuestos de 2017, absorbiendo la mayoría de los proyectos a través de las concejalías pertinentes y el presupuesto que se les adjudicó, y resolviendo el resto a la espera de los remanentes de tesorería. Otro cantar serán los presupuestos de 2018, que se tienen que estar ya confeccionando, en los que desaparecerán tal y como se han conocido, y que nunca han dejado de parecer una puerta de atrás de financiación para políticas de algunos partidos.

La lucha por el “esto es mío y no tuyo” también ha estado presente durante estos primeros 100 días. Javier López, PSOE, se atribuyó el contrato de mantenimiento de piscinas de verano y la sustitución de las barandillas de la Cueva del Tesoro. Por su parte, Izquierda Unida, de la mano de Pedro Fernández Ibar, también reivindicó que la integración de los autobuses locales con el Consorcio de Trasportes había sido iniciada por ellos.

En estos 100 días, populares y andalucistas han tenido que recuperar mociones y proyectos de los cajones. Han conseguido poner en marcha la implantación de la plataforma de la  Administración Electrónica y con ello la gestión del padrón que era un quebradero de cabeza para muchos vecinos de urbanizaciones; los pliegos para el concurso de mantenimiento de los cementerios que nunca salía porque no se aportaba el presupuesto adecuado; o la sala de lactancia, una propuesta de Aguilar, Cs, que acaba de inaugurarse y que llevaba más de un año enterrada en el cajón de la exalcaldesa. Tampoco hay que olvidar que se ha recuperado el diálogo con la banca, que ha permitido la refinanciación a menor interés de dos créditos con Caja Mar; y el diálogo con los empresarios del municipio y el pago a proveedores, que estaba estancado por la línea política de IU y AR. 

El desembarco de Diputación en Rincón de la Victoria ha sido especialmente significativa en estos primeros 100 días con la adjudicación de la Revisión del PGOU a la empresa Turismo y Planificación Costa del Sol S.L.U., una empresa pública de la Diputación Provincial de Málaga –que no ha convencido a nadie; la organización de las sesiones gastronómicas de la Fiesta del Boquerón por parte de Sabor a Málaga, marca de promoción de la Diputación; y los 600.000 euros que invertirá el ente provincial para los campos de futbol y asfaltado en el municipio –que bienvenidos sean.

Imperdonable, sin embargo, ha sido que el equipo de gobierno olvidara fechas en el calendario tan significativas como la Semana de la Movilidad, el Día del Mayor y el Día del Turismo, y que ha dejado al municipio sin actividades ni propuestas para estos días.

Lo que no tiene pinta de mejorar es la Seguridad en el municipio –reclamada por muchos vecinos, y más después de escuchar al alcalde, Francisco Salado, en el pleno ordinario de septiembre, donde tachó la situación con la policía local de delicada especialmente para poder conformar patrullas suficientes, echando la culpa al convenio que aprobó el anterior equipo de gobierno –sin pasar por pleno, que permite acumular horas de descanso a los agentes y que desemboca en menos efectivos disponibles.