La inseguridad del silencio

“La situación de abandono en todos los sentidos de los vecinos de Lo Cea Alto es de proporciones épicas. El viernes robaron en tres viviendas de la urbanización ‘La Reserva de Lo Cea’. En los últimos dos años, en todas. Para ser exactos, quedan tres por robar, pero caerán”.

Con esta mezcla de indignación y resignación, se dirigía un vecino de Rincón de la Victoria a los medios de comunicación para denunciar la preocupación de los vecinos. Pero no era el único. Por fin, un partido político de Rincón de la Victoria salió a la palestra para pedir, incluso, que se convocara ya la Junta de Seguridad Local con la presencia del Delegado del Gobierno y la Guardia Civil, ante lo que consideraron un despropósito de los responsables del equipo de gobierno.

El hecho es que lo que denunciaba este vecino volvió a suceder en otras urbanizaciones de Rincón de la Victoria, hasta en cuatro ocasiones más en un corto periodo de tiempo, siempre con la misma característica: urbanizaciones que están cerca de la autovía para favorecer la huida, según explicaba el presidente del Partido Popular de Rincón de la Victoria, Francisco Salado. 

“Dirán que estamos creando alarma social pero la alarma social ya está creada en el municipio con unos hechos que se están produciendo fin de semana tras fin de semana. La inseguridad se crea si no se hace nada”. Así de tajante se mostraba el presidente del Partido Popular de Rincón de la Victoria, Francisco Salado, que también se cuestionaba la eficacia de la organización de los turnos de la policía, a la vez que denunciaba que tan sólo existiera una patrulla uniformada los fines de semana.

No tiene que ser necesariamente con nocturnidad, ¡ojo! La semana pasada saltaba a la noticia del asalto con violencia a las doce y cuarto del mediodía en una vivienda de Añoreta, donde los asaltantes consiguieron que se les abriera la puerta haciéndose pasar por carteros.

La misma Guardia Civil, a través de su teniente comandante de puesto de Rincón de la Victoria, nos comentaba que tampoco son tantos, que es algo mínimo. Lo curioso es que mientras el teniente comandante le restaba im­portancia a los actos delictivos que estaban ocurriendo, daba la casualidad que en ese momento se estaba produciendo el asalto con violencia en esa casa de Añoreta. De película.

Aunque no quieran hablar del tema y prefieran vender esa normalidad de pueblo tranquilo y seguro, el asunto ya está llegando a los propietarios de viviendas, que reciben a través de los administradores de la propiedad avisos del tipo: “Se recomienda extreme las medidas de seguridad ya que últimamente se están produciendo robos durante el día llamando a los porteros electrónicos haciéndose pasar por agentes de correos o similares, accediendo a los hogares con intimidación y agresiones físicas. No se debe abrir la puerta a nadie que no se haya identificado debidamente. Los señores presidente y vicepresidente se han puesto en contacto con las autoridades, pero desgraciadamente, por ahora, no se puede hacer más. De momento, se ha conseguido un contacto de la Guardia Civil, del suboficial encargado de la vigilancia, para informar de cualquier movimiento extraño que se produzca en la urbanización”.

El concejal entrante de Ahora Rincón, Oscar Carrascosa, respondía a El Rincón Habla con el dato de que se ha pasado de una media de 5 denuncias por robo, a 10 en febrero, que son datos similares en toda la franja costera, y que el resto de delitos se mantiene en la media. Además, no sabemos si de motu proprio o alentados por la intervención de Salado, Carrascosa comentaba que se ha iniciado al respecto un protocolo de actuación en colaboración con la Guardia Civil, terminaba con el consabido “evitemos crear alarma social”.

No obstante, tanta pasividad del jefe de la Policía y alcalde accidental Antonio Moreno, la desorganización que parece haber en el seno de la Policía Local y la tranquilidad de la Guardia Civil, y sobre todo, el silencio de todos, es lo que provoca más inseguridad. ¿Tanto les cuesta decir a los vecinos de Rincón de la Victoria que existe un problema y lo que se va a hacer para ponerle remedio? Claro que el remedio que se les ocurre es siempre el mismo: no hablar de ello y callar al que lo hace con el manido argumento de “no queremos crear alarma social” o “es un porcentaje bajo”, olvidando que no hablar de los problemas no hace que se solucionen solos y que para la víctima una vez es ya un porcentaje muy alto. ¿Ha llegado el momento de las patrullas ciudadanas de vigilancia o de contratar vigilancia privada?