'Apatrullando' la ciudad
Ahora que estoy en la edad del júbilo, tengo más tiempo para, entre otras cosas, pasear. Andar en solitario ejerce sobre quienes lo practicamos una especie de efecto balsámico y reparador, no solamente desde el punto de vista físico, sino también mental y espiritual. La verdad es que lo recomiendo encarecidamente, a todos en general y a quienes quieran reencontrarse consigo mismo, en particular. Al modo de los antiguos filósofos peripatéticos griegos. Pero nada de música de fondo, ni auriculares que nos distraigan.
Caminar solos, respirando profundamente y centrados en nuestros pensamientos y reflexiones internas, aprovechando ese tiempo de introspección para mirarnos hacia dentro y establecer un diálogo íntimo y certero con nuestro yo interno, el de verdad, el que, a veces, no conocemos porque ni nosotros mismos nos lo hemos presentado.
Y, ya puestos, aprovecho las caminatas para disfrutar del paisaje y del medioambiente y observar mi municipio y, especialmente, mi ciudad. Así, de forma automática y casi sin querer, me recreo en lo que me gusta, pero también advierto de actuaciones que, a mi entender, dejan algo, o mucho, que desear. Traigo esto a colación porque, en una de mis caminatas diarias, me vino un día a la cabeza la canción Apatrullando la ciudad, que cantara el peculiar actor y cantante el Fary. Así, me ocurre a veces que, mientras voy observando, me sale un espíritu crítico, casi de fiscal del distrito, sobre todo aquello que considero desmerece a nuestro entorno o que debería cambiarse o suprimirse.
No se trata de dejar en evidencia a nada ni a nadie, sino de poner sobre el tapete algunos aspectos de nuestro municipio que podrían mejorarse o adecuarse a los tiempos que corren, con espíritu constructivo. También, de felicitarnos por aquellas cosas que hacen que esta tierra nuestra sea un lugar privilegiado para vivir y convivir con nuestros vecinos y con todos aquellos que nos visitan.
A pesar de que, a través de la página web municipal, en el apartado de ‘Servicios del Ayuntamiento’, existe un apartado de notificación de incidencias denominado GECOR, cuyo objetivo es el de facilitar la comunicación con el Ayuntamiento para mejorar la calidad de vida en nuestra ciudad, resulta evidente que en muchas ocasiones, sobre todo para determinado número de ciudadanos, no es fácil su utilización debido a la brecha tecnológica que sufren, especialmente los de mayor edad, que no se manejan todavía con este tipo de recursos tecnológicos y demandan mayor inmediatez en la recepción de las posibles quejas u observaciones.
Así, muchos desconocen que exista este servicio y, además, plantean que lo ideal sería que existiera, por ejemplo, una línea telefónica con WhatsApp o algún otro medio fácil y asequible para todos para ganar en inmediatez. De esta manera, se animarían más los ciudadanos a aportar sus quejas y notificaciones sobre cualquier tipo de incidencia, deterioro o mal funcionamiento de algo.
Y, la verdad sea dicha, muchos se quejan de algo que no funciona o está roto o deteriorado, pero no hacemos nada para que se solucione. Por eso, es fundamental que nos convirtamos, aunque sea de forma casual u ocasional, en una especie de vigilantes del entorno, como los que se establecieron hace algunos años por parte del Ayuntamiento y que dejaron de funcionar hace tiempo. Así, ayudaríamos a la comunidad y animaríamos a quienes dirigen los servicios municipales a resolver de manera rápida y eficaz todo aquello que detectemos en nuestro transitar por los diversos rincones del municipio.
No se trata ahora de hacer un listado de deficiencias o actuaciones discutibles, pero sí tener presente que si no hacemos llegar a los responsables municipales esas carencias, puede que estas se queden solo en el pensamiento de algunos o en la ‘comidilla’ de otros.
Evidentemente, es responsabilidad municipal estar atentos y vigilantes sobre cualquier aspecto de nuestro municipio que necesite ser arreglado y atendido. De hecho, algunos políticos municipales acuden prestos a las llamadas ciudadanas, pero, visto lo visto en algunas zonas y enclaves de nuestro territorio, no debería dejarse al albur de algunos lo que debería ser compromiso de todos.
Es necesario que se facilite nuestra colaboración y se atiendan nuestras demandas mediante sistemas de comunicación operativos, sencillos y al alcance de todos. Con ello se fomentaría la buena ciudadanía y acercaríamos más los administradores a los administrados.
Pero, volviendo al camino, no estaría de más que se concluyera de una vez la senda litoral de Vélez-Málaga y se fomente la Gran Senda de Málaga, habilitando espacios donde se pueda ir caminando y descubriendo los mejores rincones de nuestra tierra y de nuestra alma.