Cartas que se las lleva el viento

Francisco Gálvez, director de Noticias 24, avezado periodista y estudioso de la historia de la Axarquía con numerosos libros publicados, nos sorprende con una nueva obra: Los Velámenes del Vieux Port, don­de elige una temática social y humana.

Escrita con una extraordinaria sensibilidad; expresando un realismo estremecedor que conmueve al lector. Elige como tema las guerras fratricidas. El escenario es el continente africano y las fronteras que limitan acceder al mundo desarrollado. Muertes y devoluciones de migrantes que se tratan como noticias normalizadas, porque se está perdiendo toda sensibilidad sobre este problema social. La causante es una sociedad civilizada que, con el pretexto del progreso, invierte en la ciencia y en tecnología. Los mayores inversores son los ministerios militares, que utilizan los avances científicos y tecnológicos en las guerras y en el terrorismo. Guerras motivadas por intereses económicos.

Los protagonistas son niños soldados que viven atrapados en la guerra. Y que se preguntan “qué coño significa ser libre”, porque su comandante le promete libertad. El autor, Francisco Gálvez, se expresa sin estridencias; va dejando en el lienzo las pinceladas necesarias y oportunas para dar color a ese paisaje de seres humanos implicados: los que padecen y sufren las maldades de las guerras; las personas voluntarias de instituciones que intervienen para socorrer, pero que se sienten impotentes. Porque no hay recursos para paliar lo más mínimo la gravedad de los daños producidos. Y ambientado por un silencio de muertes que claman en el desierto.

Cartas que se las lleva el viento... Que escribe Aristide, el niño protagonista, desde el frente de la guerra a su compañero Claude, quien un día desapareció. Lenguaje epistolar, poético, pero desgarrador. Porque duele, duele mucho... Otro acierto más del autor al elegir este recurso literario. Cartas que algún destinatario desconocido encontrará... Reflexionará sobre lo humano. Porque el viento del desierto desentierra a sus muertos.  

Esta historia realista comienza por el final, y ello le da profundidad a lo que se va a ir narrando después. El lector, como ser sensible, realizará un viaje de emociones penosas; acompañando al protagonista en sus preguntas y reflexiones sobre lo que hace, siente y vive sobre la crueldad de la guerra. Narración que queda muy alejada de ese modelo de novela de ficción, o de crear tramas para argumentar una realidad. Porque hay verdad. Esa verdad que, como humanos, no aceptamos: lo bueno y lo malo que podemos llegar a ser. Eso golpea fieramente. 

Por ello, si tú eres un lector valiente, te invito a leer Los Velámenes del Vieux Port.  Ese mundo deseado con el que sueña Aristide, el niño protagonista. Felicito a Francisco Gálvez por su buen trabajo. Que logra dar más importancia a lo que deja entrever, que lo que ha dejado narrado. Y que el lector descubrirá con la lectura.