¿Cultura o entretenimiento?
La palabra cultura procede del verbo colere que significa cultivar, conservar... El filósofo Cicerón hablaba de colere animun, de cultivar la mente. Pero además, aporta el significado de conservar, y en este sentido entendemos por cultura la forma de relación establecida por las civilizaciones para preservar las obras de los artistas, poetas, músicos, filósofos.... Conduciendo a una transmisión de valores de generación en generación y cuyo acervo cultural es la identidad de un pueblo.
Estamos perdiendo tantas cosas actualmente... Una -de tantas- es nuestra identidad cultural, la cual está en peligro. A colación, el ensayo de la pensadora alemana Hannah Arendt sobre la crisis de la cultura, su significado político y social nos invita a una profunda reflexión.
Cuando todas las capas sociales lograron mejoras en el trabajo y consiguieron reducir la jornada laboral, supuso un cambio social tan importante que nace la denominada ‘sociedad de masas’. La cual se caracteriza porque se dispone de tiempo libre y ello posibilita acceder a la cultura o al ocio.
Pero que la gran masa de la población elija un determinado ocio fácil de consumir y no otro cultural, da lugar a que se hable de ‘crisis de la cultura’ y del problema de la sociedad de masas.
El problema de la ‘crisis de la cultura’ radica en que la sociedad de masas no quiere la cultura, sino el entretenimiento. Como resultado, existe una sociedad de masas que consume los objetos ofrecidos por la industria del ocio, igual que consume cualquier otro bien de consumo. La consecuencia, por lo tanto, es que no se da la cultura de masas, que en términos estrictos no existe, sino un entretenimiento de masas. Entretenimiento que se alimenta de los objetos culturales y los desecha.
La conservación de los bienes culturales y sus valores implica trasmisión. Para ello debe existir una implicación educativa de la enseñanza artística-musical y de las humanidades. Lo digo haciendo la observación de que la LOMLOE propone un gran avance socio-educativo y una apuesta seria hacia la tecnología. Pero adolece respeto a las asignaturas de la filosofía, de las artes y de la música, al no concederle un merecido horario en el currículum. Es triste que en el bachiller no se estudie a María Zambrano.
El ocio y acceder a los bienes culturales son necesidades importantes para el desarrollo personal. Pero el peligro está en consumir los objetos culturales, fagocitarlos y destruirlos. Así ocurre cuando sufren cambios tan bruscos como una mala escritura o una mala adaptación al cine, perdiendo la originalidad y la finalidad del mensaje que trasmite la obra. Arendt argumenta sobre el tema de la destrucción de los objetos culturales y nos dice que “los objetos culturales deben permanecer en el mundo como herencia. Pero al no cumplirse esta finalidad, ello indica hasta qué punto la sociedad del entretenimiento es una amenaza para el mundo cultural.” Para evitarlo es muy importante la educación, formando personas exigentes y con juicio crítico.
Utilicemos las redes sociales de internet como un medio para abarcar el mundo, pero no como un océano donde nos sintamos perdidos, olvidando nuestros orígenes.