Ciudadanos del mundo
Nadie ha pedido nacer
donde más falta el amor,
donde la guerra ha dejado
la miseria y el dolor.
Donde el hambre y la pobreza
son el pan de cada día
el dolor y el sufrimiento
compañeros de fatiga.
Nadie quisiera vivir
sin presente ni futuro
sin ilusión en la vida
ni herencia para los suyos.
Solo dejan tras de sí
sus huellas en el camino
y las ganas de salir
sin rumbo hacia nuevos mundos.
Todos merecen vivir
una vida más decente
y poder ganarse el pan
con el sudor de su frente.
Y abandonan su país
su familia y sus amigos
para empezar a vivir
con las manos en los bolsillos.
Miran el horizonte,
y sueñan con ilusión
y piensan que en otro sitio
se vive mucho mejor,
y se suben a una barca
del color de la esperanza
y al llegar a la otra orilla
no siempre es como esperaban.