Córdoba lo lleva a gala
Uno, poco a poco, va eligiendo
lo que va a ser de mayor,
él ya apuntaba maneras.
Antonio nació escritor.
Corría tinta por sus venas
desde su más tierna infancia.
Lo de escribir, en su vida
siempre ha sido una constancia.
Tiene más premios literarios
que bastones en su haber.
Hasta él perdió la cuenta
de los que debe tener.
Por la Universidad de Córdoba
fue Doctor Honoris Causa,
hijo predilecto andaluz,
hijo adoptivo de Málaga.
Pero ya cruzó el jardín
apoyado en su bastón,
el veintiocho de mayo
se fue sin decir adiós.
De nuevo se ha retirado
a escribir su último libro
y a retomar las que fueron
las charlas con sus amigos.
Fue un amante de los perros
del foulard y del bastón,
pero lo mejor de todo,
sin duda su Fundación.
Ahí están cumpliendo sueños
tantos y tantos artistas
que aprovechan la ocasión
que les brinda el novelista.
Córdoba lleva a Gala
después de San Rafael,
un manchego universal
que quiso ser cordobés.
Culto, educado y elegante
como ninguno lo fue.