Esperando a la Virgen
El pueblo entero te espera
postrándose ante tu imagen
que está esperando la hora
para sacarte a la calle,
y levantarte en volandas
y mecerte poco a poco
y aclarar bien las gargantas
para decirte piropos.
Hacer contigo otra vez
entre una nube de incienso,
un camino de promesas
de favores y de sueños.
Verte esa cara surcada
por las huellas del dolor
y el puñal que sin piedad
te ha partido el corazón.
¡Quién pudiera madre mía
consolarte en tu dolor!
¡Quién tuviera más de uno
para darte un corazón!
Un año más ante Ti
tienes rezando al cofrade,
y el hombro del costalero
dispuesto para llevarte.
Pero…
Más pesada era la cruz
que Jesucristo llevó,
y mucho más el dolor
que cabe en tu corazón.
Para que pierda esta Fe
me tienen que demostrar
que mi Cristo y que mi Virgen
son de madera na más,
que eso que dice la gente
yo no lo puedo entender,
quien te mira y ve madera
es porque no tiene Fe.