Orgullosa de los míos
Un hogar está formado
de personas y recuerdos,
y yo me siento orgullosa
de la familia que tengo.
Presumo de una familia
que es muy diferente al resto,
peculiar y numerosa,
pero que también los quiero.
Todo en la vida es difícil.
Los hijos son como versos
a veces me dan la vida
y otras me quitan el sueño.
Cada vez tengo más claro
que ya ninguno son nuestros.
Yo he parido mil poemas
y se los ha llevado el viento.
Llevan parte de mis genes,
nacieron de entre mis dedos,
mi corazón fue su cuna,
los alimentaron mis sueños,
fueron cobrando sentido
y un día, alzaron el vuelo.
Dejaron el nido vacío
pero,
aún me quedan muchos dentro:
para amigos, familiares,
paisanos y forasteros,
para los que cumplen años,
para los que un día se fueron,
los lectores, los oyentes
y los que sorprender quisieron
a sus padres, a sus hijos
o a sus parejas
antes de decir “Si quiero”.
Nuestros hijos van creciendo
un día, levantan el vuelo
y los poemas se escriben
y un día, se los lleva el viento,
la vida se va encargando
de que lleguen a buen puerto.