Somos muy afortunados
Está visto y comprobado
que el tiempo no se detiene,
que la vida va pasando,
que vamos teniendo suerte
porque lo vamos contando.
Sin olvidar lo vivido
y recordando al que se fue,
somos muy afortunados
porque, seguir vivos y estar bien
es el mejor de los regalos.
Se nos ha pasado el año:
respirando tantos miedos,
adivinando miradas,
escuchando los silencios,
acortando las distancias.
Y amanece un nuevo día
y seguimos caminando.
Vemos caer una a una
las hojas del calendario
¿Existe mayor fortuna
que la de poder contarlo?
Ahora en las vacaciones
no podemos relajarnos,
tenemos toda la vida
para repartir abrazos
y compartir emociones.
Ya estamos en la cuenta atrás
y damos gracias a la vida.
Mientras lata el corazón
Y otros ojos nos sonrían,
será que tenemos todos
la lección bien aprendida.