Manuel Gutiérrez (PP Vélez).-  Axaragua se salva si se optimizan sus gastos. Es el momento de que tanto la empresa en cuestión como Mancomunidad, se somentan a un verdadero estudio de viabilidad y se tomen decisiones, pero nunca a costa de los ciudadanos.

Antonio Yuste (PSOE Almáchar).- No se está planteando una subida de agua sino una adaptación de sus tarifas a la legalidad. Axaragua no vende agua a los vecinos sino a lo ayuntamientos o empresas concesionarias, estos han ido actualizando los precios todos los años, mientras que Axaragua no les sube a ellos el agua desde 2007, ni la tasa de depuración desde 2011.

Alicia Pérez (IU Vélez).-  Estos son los pufos que nos encontramos cuando la gente que no cree en lo público, se alimenta de él. Estoy de acuerdo en que el coste del servicio se cubra para que la empresa, con una gestión responsable, transparente y decente pueda continuar haciéndolo. 

Daniela Tonetti (Directora comercial).- Todo depende de cómo afecte esa subida a los ciudadanos. Siempre es preocupante que una empresa pública tenga problemas de gestión y endeudamiento.

Jesús Aranda (Músico y profesor).-  El precio del agua debería ser finalista, es decir, servir para garantizar el servicio y las infraestructuras hídricas, pero no para equilibrar presupuestos. Debe ser consensuado por todos y ser razonable. Si hay desequilibrios financieros, intentar buscar otras alternativas posibles para afrontarlo: ajustes en determinados capítulos, recortes y mejor gestión.

Jesús Pastor (Empresario).- Habría que preguntarse cuántos salarios innecesarios se han pagado en Axaragua y hacer una auditoría externa seria. Curiosamente, las empresas privadas que gestionan el agua ganan mucho dinero y las públicas siempre pierden dinero, cuando lo lógico es que tanto la basura como el agua fueran gestionadas desde lo público para que fuesen más baratas, pero eso, lamentablemente, con los gestores públicos actuales en casi toda España, es imposible.

Jose Pino (AndalucíaxSI).-  Por supuesto que no. No es justo que una mala gestión política durante estos años la tengan que pagar los ciudadanos. Pero esta es la tónica de muchas de las políticas actuales. Hay que buscar una solución que no sea la de cargarla con los ciudadanos.