Manuel Gutiérrez (PP Vélez).-  Para legislar, es necesario tener siempre la cabeza muy fría, ser completamente imparcial, no dejarse llevar por presiones y, sobre todo,  tener muy claros los asuntos a legislar.

Antonio Yuste (PSOE Almáchar).- Nunca se debe legislar en caliente, sea cual sea la materia. Además, usar esa expresión siempre indica que es un asunto emocional y de por sí requeriría templanza.

Alicia Pérez (IU Vélez).-  En la calle, nos pronunciamos ‘en caliente’. Sin embargo, creo que no cabe legislar en caliente ni para resolver un caso concreto. Ahora bien, hay sentencias incomprensibles que no sé si tienen su causa realmente en la Ley o en quienes la aplican.

Daniela Tonetti (Directora comercial).- Claro que no, pero los políticos utilizan e interpretan ciertos sucesos según su conveniencia, por lo que no hay ni habrá nunca un debate serio sobre los problemas de los ciudadanos.

Jesús Aranda (Músico y profesor).- Ningún asunto se debe legislar en caliente, sino con la consideración que da la experiencia, el contexto social y las demandas sociales fruto de la injusticia, la desigualdad o el desamparo. Lo que sí se debe hacer en caliente es tomar las medidas disuasorias, preventivas o paliativas ante hechos de especial gravedad. Es una vergüenza que todavía no se haya acometido una reforma integral de la Justicia.

Jesús Pastor (Empresario).- Nunca se debe legislar en caliente, pero el gran problema de nuestro país es que los legisladores son los parlamentarios, y estos legislan en función de su color político, lo que hace que las leyes no sean duraderas ni objetivas. La clase política actual es la de más bajo nivel desde la reinstauración de la democracia, pues la mitad de los parlamentarios llevan más de 20 años en el puesto y nunca han trabajado en la actividad privada; es decir, son cuentistas profesionales.

Jose Pino (AndalucíaxSI).-  Ningún asunto se legisla en caliente, tienen que ir a pleno y todo se negocia, pero de lo que no me cabe duda es de que todos los temas se tienen que hacer con la rapidez que el mundo actual requiere. Algunos tardan más y otros menos, pero no se debería hacer rápido o lento por temas partidistas, que es lo que hacen los partidos.