Respeto. Recuerdo cómo una vez se rieron de mí porque dije, públicamente, que en mi acción diaria como concejal tenía muy presente un consejo que oí hace años a Julio Anguita durante una entrevista. Más que menos, porque aún tengo la suerte de tener muy buena memoria, Julio venía a decir que en política uno no sólo debe trabajar para que la gente le vote, sino que debe aspirar a ser útil a la sociedad... y a algo más: “A que la gente, ¡aunque no te vaya a votar nun­ca!, te respe­te... Por cómo defiendes tus pro­­puestas, por có­mo tratas a los de­más... En política, eso es muy importante”, sentenciaba quien por aquel entonces era todavía coordinador federal de Izquierda Unida.  Y sigo pensando que llevaba razón. Del mismo modo que creo que hago (y he hecho) bien en tratar, humildemente, de tomar nota diaria de aquel consejo. Todo ello, a pesar de que hoy -como ayer- puedan hacer mucha gracia estas reflexiones mías en público. Lo cual me trae sin cuidado.