'Arrugas' diez años después
Artículo de Ramón Pérez
¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando, hace diez años, un semidesconocido Paco Roca irrumpió en el universo del cómic español con su excelente Arrugas, un alegato a la soledad, al compañerismo y a nuestros mayores, que tuvo inicio con un trabajo de recopilación de anécdotas de sus padres, familiares ancianos y amigos, que siguió visitando residencias de ancianos para saber cómo era la vida en ellas, un material de primera mano que le serviría para estructurar una consistente ficción.
Su éxito fue fulgurante; de hecho, cosechó todos los merecimientos que había en el universo del cómic: Premio Nacional del Cómic 2008, Premio al mejor guión de autor español de 2007 en el XXVI Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Premio a la mejor obra de autor español del 2007 en el XXVI Salón Internacional del Cómic de Barcelona, etc.
En Arrugas, Paco Roca nos lleva de la mano a una historia que nos tocará el corazón. Emilio, un antiguo ejecutivo bancario, es internado por su familia en una residencia de ancianos tras sufrir una nueva crisis de alzheimer. Allí, aprende a convivir con sus nuevos compañeros -cada uno con un cuadro clínico y un carácter bien distinto- y los cuidadores que los atienden. Emilio se adentra en una rutina diaria de cadencia morosa con horarios prefijados, la toma de los medicamentos, la siesta, las comidas, la gimnasia, la vuelta a la cama..., y en su pulso con la enfermedad para intentar mantener la memoria y evitar ser trasladado a la última planta, la de los impedidos, cuenta con la ayuda de Miguel, su compañero de habitación... Descubriremos, en definitiva, la vida de muchos de los abuelos que residen con él y nos daremos cuenta de lo que realmente significa envejecer si estás solo o tienes la suerte de estar acompañado de algún ser querido.
Paco Roca tenía casi treinta años cuando dio comienzo a su carrera profesional en el cómic a finales de los 90 con diversas colaboraciones para Ediciones La Cúpula: historias eróticas para Kiss Comics y la serie Road Cartoons para El Víbora. Sus más de diez años de experiencia como artista profesional en el mundo de la ilustración y el diseño publicitario le habían permitido absorber estilos diversos y aprender técnicas que le situaban por delante de otros autores de la casa y, poco después, pudo abordar con éxito obras largas más ambiciosas: Gog (2000), El juego lúgubre (2001) o El faro (2004), Arrugas (2007), Las calles de arena (2008), Emotional World Tour (2009), El invierno del dibujante (2010), Memorias de un hombre en pijama (2011), La Metamorfosis (2011), Los surcos del azar (2013), GOC (La Cúpula, 2000). Para la televisión ha hecho sketchs, cabeceras para algunos programas y campañas solidarias, en las ondas colabora en una tertulia radiofónica.
La adaptación cinematográfica de Arrugas, dirigida por Ignacio Ferreras y producida por Perro Verde Films, también se alzó, en su momento, con los Goya a la mejor película de animación y al mejor guión adaptado.