PREGUNTA.- Usted fue concejal de Cul­tura con el PP la anterior legislatura. ¿Echa de menos estar en primera lí­nea cultural de un municipio como el de Vélez-Málaga?

RESPUESTA.- Lo que se dice echar de menos, no. Ya he superado esa eta­pa de apego a la institución que, por otra parte, es normal, después de cuatro años incesantes y sin descanso, en el que pudimos, desde la Delegación de Cultura, y por supuesto con un justo apoyo tanto presupuestario como de medios y humano, situar a Vélez-Málaga en el candelero de la calidad en las actividades y programaciones culturales, con un eco notorio en la provincia y, quizás, también, en  An­da­lu­cía. Pienso que iniciamos una nueva forma de administrar  y entender la cultura. Una cultura para todos, sin distinciones ideológicas ni sociales. Y lo más positivo es que ese nuevo estilo caló y fue asimilado y reconocido por los ciudadanos.

P.- ¿Cambió su mirada sobre la cultura veleña esos años de concejal?

R.- La impresión, en cuanto al análisis de las carencias y necesidades culturales que tenía el municipio, la tenía totalmente formada. Creo que todos los que vivimos la ‘cultura’ como una necesidad vital para desarrollarnos como personas, tenemos nuestro propio proyecto en la manga. Tenga en cuenta que mi participación en la vida cultural de la ciudad tiene ya cierta antigüedad. Cuando accedí a la Con­cejalía de Cultura, compartía la dirección de la Sociedad de Amigos de la Cultura (SAC), con la entonces presidenta María Victoria Naranjo, ostentando el cargo de vicepresidente, del que naturalmente dimití por pura coherencia ética.
>> Pero, indefectiblemente, la visión desde el cargo institucional es muy diferente, como es natural. La responsabilidad cambia de estado; de ser un responsable participativo desde la iniciativa privada, aunque con repercusión social, a ser responsable de la administración pública, de distribuir un presupuesto  con el cual se debía, se debe, satisfacer la demanda ciudadana en este ámbito. Lógicamente, por ello, la mirada desde esa atalaya es mucho más amplia, aunque también es muy importante, no solo estar arriba, sino  tener la retina de la comprensión bien abierta para poder digerir y analizar la realidad cultural de un municipio tan importante, amplio y dispar como el nuestro.

P.- ¿Cómo  ve actualmente el fomento de la cultura a nivel municipal?

R.- Cada ciudadano y cada persona que siente la necesidad del hecho cultural tiene en su haber una idea de cultura y un pequeño proyecto de su aplicación. Lo importante para la ciudad es que los proyectos de valor, que han sido consensuados con las organizaciones y ratificados por los ciudadanos, tengan continuidad. Que las políticas, en este caso municipales, no sean un corta y pega de la gestión anterior para borrar el rastro del anterior equipo cultural. Hay mucho por hacer, miles de asuntos pendientes, ilusiones y proyectos esperando su turno. Y, sobre todo, propuestas de la calle, que es donde habitan los creadores…, y a ellos hay que escuchar.
>> Por otra parte, mi deseo es que nuestra ciudad destaque por la calidad de las actividades y que ello contribuya a satisfacer al ciudadano, porque nunca se puede olvidar que aquí el ciudadano -co­mo usuario y consumidor de cultura- es además contribuyente, con lo cual la responsabilidad del gestor, del político, debe extremarse al más alto grado de respeto y compromiso por dicha designación.

P.- ¿Qué opinión tiene sobre el asunto de Las Claras y qué cree que pasará al final?

R.- La problemática existente con el Convento de las Claras ha sufrido, en estos días, un cambio de orientación en cuanto al destino final de este edificio. Ya se ha hecho público que una en­tidad financiera lo ha adquirido. A partir de aquí, cambian los actores que ha­bían negociado con la anterior pro­pie­dad un efímero convenio de colaboración con un objetivo sin determinar y por el que el Ayuntamiento manifestó cierto interés. La realidad es que el deterioro del edificio parece estar au­mentando alarmantemente, al no existir una entidad que se haga cargo de su mantenimiento, y esto sí que es muy grave. También es cierto que la SAC ha tomado cartas en el asunto, afortunadamente, y de los con­tactos con el banco propietario, han obtenido una respuesta ciertamente consecuente y esperanzadora en el corto plazo. Me refiero a la manifestación de esta entidad a proceder de forma inmediata a la reparación de las patologías constructivas más necesarias para evitar una mayor degradación del edificio.
>> Por ello, debo señalar este asunto como de urgente y de sumo interés pa­ra la ciudad. Pienso que el Ayun­ta­miento, que aún no ha contestado a la carta enviada por la SAC, como si lo hizo el banco, debe tomar la iniciativa y crear una mesa de trabajo para analizar este asunto; mesa de trabajo en la que se puedan encontrar la propiedad, Junta de Andalucía, SAC, Ayun­tamiento y cualquier otra entidad que manifieste interés en aportar soluciones al mismo y  ‘entre todos’ desarrollar el análisis preciso que encuentre la mejor salida a este problema.
>> Sería deseable que el fin del edificio pudiera combinar una actividad docente y universitaria con repercusiones empresariales y culturales. En definitiva, que la ciudad, gane un espacio para la formación y el conocimiento y nuestros jóvenes una referencia de proximidad para enfocar su futuro.    

P.- ¿Cómo ve la actual corriente cultural en Vélez-Málaga?

R.- Hablar de corriente cultural sería definir una potencial sinergia de actividades determinadas, con personalidad propia, confluyendo  en torno a singulares iniciativas. En este sentido, entendiendo la cultura ‘de verdad’ (diferenciada de la programación municipal) la que es creada, en la calle, por los  colectivos y entidades culturales, camina, ciertamente a medio gas, aunque hay importantes colectivos trabajando ilusionadamente. Destacan por su actividad la SAC, verdadera institución cultural que tiene estructurada su acción cultural en torno a una agenda con una importante programación anual. Se puede citar igualmente la Asociación de Amigos de Joaquín Lobato, el colectivo artístico Tres Puertas en Torre del Mar y las dos agrupaciones Corales. La Cía. de Teatro María Zambrano con un reconocido currículum. Debo señalar el magnífico cambio de orientación que la dirección de la Peña Flamenca Niño de Vélez ha sabido dar a su gestión con un nuevo aire en la puesta en escena del espectáculo, desarrollando una novedosa fórmula de presentar el flamenco desde otra perspectiva, provocando la aproximación física del público y con ello consiguiendo una mayor interacción. Cabe destacar que, en los últimos años, se ha apreciado movimientos de inquietud por el mundo de la fotografía en el que algunos grupos de jóvenes intentan llamar la atención sobre sus trabajos, entre ellos Objetivo Pasión y la Asociación de Fotógrafos que dirige el últimamente premiado Esteban D’Azúa. Sociarte, igualmente, agrupa a artistas plásticos con un marcado compromiso ideológico. Y en este mismo ámbito, la Sala Hemiprisma, que dirige el artista Javier Navarta, reúne, habitualmente, a un importante número de pintores y escultores.    

P.- Va a iniciar una serie de artículos en este periódico, ¿puede adelantar algo de su contenido?

R.- Gracias a NOTICIAS 24, será posible, Dios mediante, que inicie un caminar por el mundo de la actividad artística. La Axarquía y Vélez-Málaga como eje potencial, es un espacio humano en el que ha surgido un cierto fenómeno cultural de interés sociológico, por ello digno de prestarle una atención, digamos más peculiar, que nos lleva a conocer desde otras perspectivas el pulso y el alma de todos aquellos que sienten y han sentido la llamada del arte, influyendo en los  estados de ánimo y en sus propias vidas.