La Consejería pone a disposición del sector el Plan Estratégico para Frutas y Hortalizas de Invernadero
Este documento, disponible en la web corporativa, es fruto del trabajo coordinado de la Junta y agentes sociales y económicos
La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha publicado en su web para la libre consulta el I Plan Estratégico para las Frutas y Hortalizas de Invernadero de Andalucía Horizonte 2030 (https://lajunta.es/4umrd). A través de este proyecto se ponen a disposición del sector todas las herramientas disponibles para mantener la actual posición de liderazgo andaluza en el mercado nacional e internacional.
Este Plan Estratégico para el sector hortofrutícola de Andalucía es fruto de un proceso participativo en el que han colaborado organizaciones profesionales agrarias, empresas comercializadoras, alhóndigas, interprofesionales, universidades, centros tecnológicos y diversos departamentos del Gobierno andaluz. La web de la Consejería incluye tanto la información general del proyecto como los documentos que lo conforman en formato descargable y un apartado para el seguimiento de su evaluación.
Del trabajo conjunto de los agentes sociales, económicos, el sector y la Junta de Andalucía han partido las más de 40 actuaciones organizadas alrededor de nueve objetivos estratégicos, entre los que destaca en la simplificación administrativa y la mejora de la eficacia en la relación entre administración y sector.
Asimismo, esta hoja de ruta busca también mejorar la disponibilidad y eficiencia en el uso del agua, impulsar la competitividad y sostenibilidad de estos invernaderos y aumentar la orientación al mercado y el valor añadido de sus productos. Todo ello, dentro de una cadena de valor equilibrada que permita la búsqueda de nuevos mercados de comercialización y la generación de empleo y riqueza, la dinamización de las zonas rurales así como avanzar en sostenibilidad, en el uso eficiente de los recursos, en economía circular y en I+D+i.
El Plan cuenta con un presupuesto plurianual de más de 441,27 millones de euros para el desarrollo de las medidas previstas, como la mejora de la imagen del sector por parte de la sociedad, el impulso del consumo, el avance en transformación digital en todos los eslabones de la cadena y el fomento de la economía circular.
El análisis elaborado por el Gobierno andaluz apunta a la necesidad de contar con una visión estratégica para poder afrontar los retos de futuro de los próximos años, como el factor limitante del agua, los efectos del cambio climático en la disponibilidad de recursos, los ciclos productivos de las frutas y hortalizas y la posible aparición de nuevas zonas competidoras con el mismo calendario de producción.
Según los datos del propio Plan Estratégico para Frutas y Hortalizas de Invernadero, Andalucía cuenta con 39.300 hectáreas de invernadero, donde se cultivan más de 55.500 hectáreas de los principales productos hortofrutícolas invernados (pimiento, tomate, pepino, calabacín, berenjena, sandía, melón y judía verde). Esta superficie cultivada es mayor que la extensión de invernaderos porque en cada hectárea de suelo hay una media de 1,4 ciclos de cultivo por campaña.
En cuanto a producción, se superan los cuatro millones de toneladas anuales, donde Almería concentra el 86% de la superficie (cerca de 48.000 hectáreas). Andalucía reúne más de 20.000 fincas agrarias de pequeño tamaño (dos hectáreas de superficie agraria útil de media) dedicadas principalmente a la producción de hortalizas de invernadero. En términos de empleo, se estima que estas explotaciones generan alrededor de 11,8 millones de jornales al año.
El sector hortofrutícola de invernadero andaluz destaca en el ámbito agrícola por su potencial, dinamismo e innovación. De hecho, en los últimos tiempos ha llevado a cabo un importante desarrollo varietal relativo, por ejemplo, a pimiento (tipo cónico y dulce italiano), sandía (variedades con microsemillas) o pepino (tipo snack).
Por otra parte, esta actividad tiene un marcado carácter sostenible basado en la eficiencia en el uso del agua gracias a la implantación de innovaciones tecnológicas; en la reducción de la aplicación de producción fitosanitarios en favor de las medidas de control biológico de plagas; y en su apuesta por la Producción Ecológica.