lunes, 25 de noviembre de 2024 00:01h.

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga finaliza el arreglo de las paredes del claustro del Convento de San Francisco

El consistorio veleño obtuvo el pasado mes la autorización de la delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía para poder actuar, con recursos municipales, en el arreglo de los desperfectos en las paredes y la pintura del claustro del convento, con el fin de garantizar el correcto mantenimiento y conservación de un edificio emblemático para el municipio y considerado Bien de Interés Cultural

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga finalizó la actuación de reparación de las paredes del Claustro Convento de San Francisco que ha realizado, con recursos propios, con el fin de mantener y proteger este edificio histórico tan emblemático para el patrimonio de la ciudad considerado Bien de Interés Cultural (BIC), con un gran valor para la congregación franciscana y para todos los veleños. Una primera fase del arreglo de este enclave, ya que el consistorio está solicitando los permisos para nuevas intervenciones necesarias para paliar los efectos de la humedad.

La concejala de Cultura y Patrimonio Histórico, Cynthia García, visitó la zona junto con el guardián del convento, Fray José Antonio Naranjo, y recordó que “al tratarse de un Bien de Interés Cultural hemos tenido que esperar a disponer de la correspondiente autorización de la delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía en Málaga para proceder con el arreglo” y lamentó que el permiso se haya concedido casi nueve meses después de solicitarlo, “a pesar de tratarse de una intervención sencilla, como sucedió también con la fachada del Convento de Las Carmelitas”.

Cynthia García explicó que desde el área de Urbanismo estaba prevista la memoria descriptiva de este proyecto desde septiembre de 2020 a la espera sólo de la autorización que y “apenas la recibimos actuamos de inmediato para poder arreglar los desperfectos que presentaban las paredes del claustro, principalmente grandes desconchones en la pintura, y que han realizado los Servicios Operativos Municipales, supervisados en todo momento por la arquitecta municipal y el técnico municipal de patrimonio histórico”. “Se ha intervenido en todas las paredes con un saneamiento previo, luego se ha procedido a picarlas para posteriormente repararlas y pintarlas”, añadió la edil.

Los trabajos han implicado el saneamiento de todas las zonas donde el revestimiento estaba desprendido y su reparación con cuatro tipos de mortero diferentes a la cal, sin cemento, algo que exigía la singularidad del edificio. Se ha procedido posteriormente con la pintura de toda la superficie en color arenisca, para lo que se han utilizado cerca de 170 litros de pintura, y con la retirada de escombros. La actuación ha durado tres semanas y en ella han trabajado cuatro empleados de los Servicios Operativos Municipales, tres peones y un oficial.

Fray José Antonio Naranjo quiso agradecer al Ayuntamiento de Vélez-Málaga, en su nombre y el de toda la Fraternidad, el trabajo realizado “que ha supuesto una importante mejoría que salta a la vista, embelleciendo notablemente el espacio y minimizando el impacto de las humedades”.

“Confiamos en poder recibir con mayor celeridad los permisos de la Junta de Andalucía para otras reparaciones necesarias en el saneamiento de las columnas del claustro, así como en el cemento del suelo, para que se puedan ejecutar y podamos seguir disfrutando de este espacio en todo su esplendor”, añadió Naranjo, que recordó que recientemente han finalizado también los trabajos que han hecho en la hospedería del tejado que da hacia el Palacio del Marqués de Beniel.

Los orígenes del Convento de San Francisco se remontan al año 1487, cuando la ciudad de Vélez-Málaga fue conquistada por los Reyes Católicos. Un monje franciscano se instaló en una antigua mezquita del arrabal para convertirla en iglesia bajo la advocación de Santiago. En 1498, por medio de Cédula Real firmada el 15 de diciembre en la localidad de Ocaña, los Reyes Católicos mandaron a edificar el convento junto a la iglesia. Durante el siglo XVIII, el edificio sufrió diferentes cambios que contribuyeron a configurar su imagen actual.