Utilitarismo cultural
Columna de Antonio Jiménez
Hará medio mes, Salvador Gutiérrez daba rienda suelta a su queja al constatar la degradación cultural entre la ilusión por un saber ilustrado de un niño de principios de los 80 y el rabioso profesionalismo de los estudios universitarios de hoy. Y es que, en un plis plas, desde la consolidada sabiduría a escala de los estados-nación, hemos saltado al ‘vacío’ de lo universal, sin paracaídas. Desde el Siglo de las Luces, hemos pasado de la mentalidad ilustrada a la entropía cultural traída por ‘la era de la globalización tecnológica’. La única salida sensata era la de encauzar los conocimientos hacia el pragmatismo; hasta que la globalización cuaje (¿medio siglo?) como la ‘nueva’ escala de referencia para el pensar y la creatividad.
Esta reflexión de urgencia, me ha traído a la memoria aquella otra que tuve en 1975 con Ezensberguer (el gran poeta y pensador alemán) durante una recepción del presidente Costa Gomes, en plena revolución portuguesa de Los Claveles. Cuando le mostraba al autor de Cristales rotos de España mi preocupación ante lo estéril de la revolución para la creación cultural: perdida la ‘referencia salazarista’, poco se hacía de calidad más allá del cortoplacismo revolucionario. Vivir in situ aquella atrofia cultural de la revolución me previno del “estiércol” universitario de Gutiérrez. Sin duda, el brutal y largo tránsito hasta la asimilación plena del nuevo paradigma intelectual, la globalización del saber, será, ya es, necesariamente utilitarista.
Mientras tanto, para resistir ilustradamente, habremos de contentarnos con leer al Escohotado de Los enemigos del comercio o los discursos de Felipe VI en los premios Príncipe de Asturias.