2023
2023 ha sido un año en el que lo exclusivamente político ha ocupado el primer plano prácticamente a diario, con las elecciones locales, las generales, la amnistía a los golpistas catalanes, los pactos de gobierno, etc. continuamente en el foco, mientras los ciudadanos han seguido con sus vidas en un mundo enredado en leyes, ruido y burocracia, donde cada vez es más difícil prosperar y los problemas se acumulan.
El 2023 nos deja con guerras en el mundo, precios disparatados, crispación social y política, más vueltas de tuerca en el pensamiento único y poca gestión en líneas generales. La nueva normalidad que se anunciaba tras el covid y sus vacunas, era esto que vivimos cada día y que no es necesario explicar mucho más a nadie que brindara en el cambio de milenio por un mundo mejor, una Europa más fuerte gracias al euro y un avance tecnológico asombroso.
El 2023 se va con mucha pena y poca gloria, con los teóricos gestores mirando al cielo a ver si llueve, a ver si Europa para la degradación política española o la Constitución, finalmente, sirve para algo, pero nos deja la esperanza de que el 2024 sea mejor. Esperemos.