Adiós, 2020

Editorial de Noticias 24

El 2020 se va acabando definitivamente, aunque sus coletazos durarán varios años más. Ha sido un año en el que la clase política, en líneas generales -y que se salve el que pueda-, no ha estado altura, ni como gestores de emergencia ni como protectores de una economía tan frágil como la nuestra, que se ha hundido estrepitosamente.

Mientras algunos países comenzaban a arrojar cifras escalofriantes sobre la pandemia de covid-19, en España no se tomó ninguna medida hasta el 10 de marzo. Todo lo que ha venido después, ya es Historia que se ha llevado por delante decenas de miles de compatriotas y a otros tantos los ha dejado en la ruina.

Ahora se habla de comprar masivamente una de las muchas vacunas que están proliferando en el mundo, pero hasta eso, que debería ser un motivo para la alegría y la esperanza, se ha convertido en que hay miles de españoles que recelan de la misma. En su razonamiento, si les han mentido tantas veces sobre el virus, ¿por qué no habrían de hacerlo con la vacuna? Quizás, el mejor deseo que podamos pedir para los siguientes años sea que la sensatez y la sinceridad rijan nuestros destinos.

Esperemos que no sea mucho pedir.