De la sequía
Hace muchos años, se vivió en la comarca un episodio singular: el agua de los grifos salía color chocolate debido a que había bajado tanto el nivel del pantano de La Viñuela que se estaba filtrando el poso del lecho. Fue un momento en que se llegó a valorar pinchar las aguas subterráneas de la zona del polideportivo de Vélez-Málaga.
Como era de esperar, tan dramático momento fue olvidado con las primeras lluvias y, desde entonces, apenas nada se hizo para paliar otro ciclo de sequía tan natural como previsible -ni tan siquiera arreglar las pérdidas de agua de las tuberías-, con el agravante de que se multiplicó la edificación de viviendas en el secano cuando el boom inmobiliario, la afluencia de turistas ha aumentado exponencialmente y se permitió la extensión sin control de los subtropicales por las lomas de la Axarquía.
El triste resultado -hoy- es el que todo el mundo conoce. Se podrá mirar hacia otro lado o enzarzarnos, elecciones tras elecciones, en debates sobre cuestiones pueriles cuando no inventadas, pero los problemas reales de los ciudadanos siguen ahí, cada más evidentes y, lamentablemente, cada día más ignorados.