La década
Hace ya muchos años, por los grifos llegó a salir un agua color chocolate por el bajo nivel que había alcanzado el pantano de La Viñuela. Hace tanto de eso, que todavía no se había producido la explosión urbanística, ni había miles de hectáreas de arboledas frutales, ni los niveles de turistas alcanzaban los de este pasado verano, ni se hablaba del calentamiento global como culpable de todo, pero subyacía el mismo problema que hoy: el agua.
La solución , como ahora, fue esperar a que lloviera. Cuando lo hizo, el problema fue ignorado pese a que la demanda de agua iba creciendo exponencialmente, porque lo que define a alguien que desea entrar en política es su capacidad de gestión, pero también su agilidad para adelantarse a los acontecimientos con visión de futuro, porque se dispone de la tecnología y de los recursos económicos, siempre que se den prioridad a los problemas reales.
Ya nos han puesto a prueba con un confinamiento ilegal, el carnet covid, la inflación, la presión migratoria, etc. Ahora, los axárquicos se enfrentan a los cortes de suministro. Ya veremos qué más cosas pasan de aquí al fin de la década, en el 2030.