Desde que a ZP se le escapara en un micro abierto aquello de que había que “tensionar a la sociedad”, hemos ido viendo cómo una serie de temas se van imponiendo en los grandes medios de comunicación y en redes sociales hasta el punto de que el ciudadano apenas recibe información sobre los problemas reales que afectan a su día a día. 

¿Ha bajado o subido la insostenible tasa de desempleo? ¿Cuántos tirones de orejas nos lleva dado últimamente la Unión Europea por el déficit, la deuda, la presión fiscal? ¿Cómo va a afectar el acuerdo con los países americanos a nuestras empresas y agricultores y porqué generó rechazo el mismo acuerdo con EEUU y Canadá y no este con Mercosur? ¿Cómo nos toca el bolsillo los aranceles de EEUU a productos europeos? ¿Qué medidas se han tomado para paliar los efectos del Brexit en nuestra economía y turismo? ¿Se han analizado las palabras del director de la DGT sobre la inutilidad actual de los coches eléctricos? ¿Cuáles son los pros y los contras de la llamada economía verde?...

Ahora los temas candentes son Cataluña y el traslado de los restos de Franco, mientras España necesita urgentemente reformas estructurales que no sólo nos preparen ante futuras crisis, sino para que se inicie de una vez la senda del crecimiento.