Crecimiento urbano II
Continuando con el urbanismo veleño del siglo XIX, del que ya hablamos en el número anterior, diremos que, en 1865, un testigo de excepción, don Agustín Moreno Rodríguez, maestro granadino afincado en Vélez, y autor de un interesantísimo libro titulado Reseña Histórico-Geográfica de Vélez-Málaga y su partido, nos cuenta cómo era urbanísticamente la ciudad en su tiempo:
“...Nuevos edificios de graciosa planta arreglados a la moderna, las calles suavizadas en lo posible, perfectamente empedradas por el centro y adoquinadas sus aceras con morteretes, sus casas cuidadosamente blanqueadas y su excelente alumbrado, hacen de Vélez una hermosa ciudad. Tiene 3.976 edificios. Los 2.263 que comprende el casco de la ciudad están divididos en seis cuarteles...”.
Los cuarteles eran divisiones administrativas de la ciudad, que, en su origen, eran cada uno “la cuarta parte” de la misma. Pero al seguir creciendo, y siendo necesaria la división administrativa, se comenzaron a señalar “el quinto cuartel”, el “sexto cuartel”…
Precisamente, don Agustín Moreno, nos detalla que “los cuarteles, o demarcaciones administrativas urbanas”, eran en Vélez-Málaga, a mediados del siglo decimonono, seis a saber:
Primer cuartel: San Sebastián. (Comprendido dentro de la línea que, partiendo de las casas consistoriales, baja la cuesta de San Juan a izquierda, corre calles Alcantarilla, Cilla, izquierda de la fuente de San Francisco, plazuela de palacio, cerro y calle de la Gloria).
Segundo cuartel: Santa María. (Comenzando en la Puerta Real, tenía en su seno todo el barrio de la Villa).
Tercer cuartel: San Juan de Dios. (Comprendido entre la línea que limita el segundo cuartel, y la que, partiendo de la Puerta de Antequera, pasa por la acera derecha de la calle Arroyo, plaza de la India, Cruz Verde y se pierde en el campo).
Cuarto cuartel: Las Claras. (Partiendo de la Casa Consistorial, corre la calle de la Alhóndiga hasta la puerta de Antequera, y sigue la divisoria del tercer cuartel hasta el campo; y otra que a partir del mismo punto pasa por la calle de San Juan, la de la Magdalena, cruza la plaza del Carmen, baja la calle de Barrabás, acera derecha del Royo, y va a perderse en el Paseo Viejo).
Quinto cuartel: San Juan. (Naciendo en las Casas Consistoriales separa los edificios de la derecha de la cuesta de San Juan, calle de San Francisco, Mercado, carrera de San Francisco, entra en la calle del Teatro, y sigue por la calle de Igualada hasta salir al Camino de Málaga).
Sexto cuartel: Capuchinos. (Comprende lo que se halla entre la línea descrita del quinto cuartel y va a unirse en el Cerro con la línea del primer cuartel).
En 1887 una obra ilustrada de grandes dimensiones, el Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico, Biográfico, Postal, Municipal, Militar, Marítimo y Eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar, publicado bajo la dirección de don Pablo Riera y Sans, en Barcelona, en la Imprenta y Librería Religiosa y Científica del Heredero de don Pablo Riera, en su tomo undécimo, página 132, al referirse a Vélez-Málaga nos dice:
“...Notables han sido las obras que hace poco tiempo se han practicado para el engrandecimiento de la población. La terrible catástrofe que tanto la provincia de Málaga como la de Granada sufrieron a finales del año 1884 causó graves perjuicios a la población que nos ocupa, donde todavía quedan huellas del terrible siniestro y deterioros que no se han restaurado. A pesar de la situación poco a propósito que disfruta, el transcurso por las calles de esta ciudad es muy agradable, tanto por la limpieza de que todas están dotadas cuanto por el desahogo y cierta regularidad que en ellas se observa. Hay buenas plazas, entre las que sobresalen la Mayor o de la Constitución, cuadrada y muy capaz, formando uno de sus frentes la casa consistorial, edificio tan sólido como bello, de una altura de más de 20 metros, siendo digna de ser visitada la sala de sesiones que pasa por ser una de las mejores de la provincia. Los edificios de que está formado el casco de la ciudad que nos ocupa, generalmente son de solidez y regulares comodidades interiores; casi todos son de más de dos pisos y muchos ostentan en sus fachadas vistosos balconajes...”.
Cada vez más, la capital de la Axarquía se va pareciendo más a la que conocemos en la actualidad.