Las fábricas de la luz

Artículo de Francisco Montoro

Pablo Rojo Platero, abogado ejerciente en la localidad axárquica de Frigiliana, e investigador de temas históricos de la Axarquía, ha realizado una seria investigación de la llegada de la electricidad a nuestra comarca, que ha titulado La fábricas de la luz. Interesantísima investigación que, tras analizar a los pioneros de esta extraordinaria fuente de energía, dedica una buena parte de su trabajo a la vida cotidiana en la centrales, para terminar con una detallada descripción de la historia de cada una de la centrales (las fábricas de la luz) de la Axarquía.

Pablo Rojo tiene la ventaja de que su familia, padres, tíos y abuelos trabajaron en estas fábricas. Creció viviendo el pálpito de unas empresas que comenzaron en unos pequeños saltos de agua de Cómpeta, Canillas, Nerja..., y evolucionaron, tras concentraciones, absorciones, compra-ventas... hasta conformar parte de la actual Endesa.
Una revolución industrial y económica, que llega a la Axarquía a comienzos del siglo XX, con la puesta en marcha de una nueva fuente de energía que iba a cambiar al mundo.

Y Pablo Rojo, que investiga por trabajo y vocación, ahonda en cada una de las centrales eléctricas, no solo en los documentos, sino que se patea la comarca y localiza, estudia y fotografía, cada una de las fábricas de la luz. Y lo hace rezumando rigor, amor al patrimonio y seriedad investigadora.
La electricidad, posiblemente el invento más revolucionario de la humanidad, ha permitido cambiar los modos de vida y el desarrollo del ser humano. La iluminación de las noches, por ejemplo, avanzó con alegría general, dejando atrás las velas, las lámparas de aceite y el gas...

El tiempo nos ha traído hasta el siglo XXI las mejoras de las comunicaciones, la radio, la televisión, la informática, las redes sociales, los móviles, etc., etc. Y todo gracias a las primitivas fábricas de la luz, y a los emprendedores y trabajadores que desarrollaron una actividad novedosa, que resultó con futuro y crecimiento imparables. 
Tras leer el trabajo de Pablo Rojo nos veremos impulsados a visitar aquellos edificios que aun siguen en pie. Algunos en estado deprimente, otros conservados con mimo municipal, y muchos de ellos con pervivencia anónima que espera su rescate en algún momento feliz.

El prologuista del libro de Pablo Rojo, el catedrático y experto en patrimonio industrial don Antonio Guzmán Valdivia, termina su valiosa introducción con las siguientes palabras: “... La Axarquía se dedica actualmente al sector turístico. Tenemos un rico patrimonio que, adecuadamente puesto en valor, puede ser un activo económico en nuestra tierra, aparte de formar parte de nuestras raíces como pueblo, que nos dan una gran originalidad dentro de nuestro contexto cultural e histórico. Estudios como el presente tienen el gran valor de dar a conocer este patrimonio y llamar la atención ciudadana sobre su importancia. Para defender nuestra riqueza patrimonial hay que conocerla y el mejor método son los estudios bien elaborados y atractivos como el que trata este  libro...”.

Pablo Rojo defiende que un complemento ideal para el atractivo turístico de la Axarquía podría ser la rehabilitación de [por ejemplo]  la central de San Modesto, cuyo edificio alberga aún toda la maquinaria original. Podría convertirse esta fábrica de luz en un museo sobre el patrimonio industrial, a la vez que podría servir de centro de interpretación del Parque Natural Sierra Tejeda Almijara-Alhama... La afluencia de público estaría asegurada, dada la gran demanda de turismo que une el binomio “naturaleza-cultura” que existe en la actualidad. “Ahí queda la idea -afirma el autor- que lanzo con el más absoluto de los escepticismos... terminando el recorrido efectuado por la historia de las centrales hidroeléctricas de la Axarquía… aquellas olvidadas y entrañables fábricas de la luz...”.

De obligada lectura para los amantes, investigadores y curiosos de la Axarquía.