¿Me gusta mi pueblo?
Hace ya unos cuantos años, un partido político a nivel local utilizó en la campaña para las elecciones municipales el lema ‘Me gusta Vélez-Málaga’. Debo confesar que me resultó una expresión muy afortunada, porque ponía en evidencia, de manera positiva, los cambios producidos tanto en nuestra ciudad como en el municipio en los últimos años, y sugería las reformas pendientes necesarias para que siguiéramos enamorados del lugar que nos vio nacer o que, como en mi caso, nos acogió con los brazos abiertos hace ya muchos años.
Viene esto a cuento porque, a estas alturas del siglo XXI, es una afirmación que nos podemos replantear, no desde un punto de vista narcisista o endogámico, sino como una reflexión sobre el grado de satisfacción y empatía que cada uno de nosotros tenemos con nuestra tierra. Y también para que nos sirva de guía sobre el camino a seguir y medidas a tomar para que Vélez-Málaga, en toda su amplitud, siga contando con nuestro aprecio y valoración.
Dice un buen amigo mío que no podemos amar lo que no conocemos y que, precisamente, de ese desconocimiento de la historia, riqueza, variedad y potencial de nuestra tierra, surge parte del posible desamor, desidia o indiferencia que algunos tienen o demuestran hacia ella. Además, estoy convencido de que si con el patrocinio y colaboración del ayuntamiento y otros organismos públicos en distintos foros, a través de los medios de comunicación y en todos los centros educativos, se estudiara nuestra rica historia, nuestro patrimonio cultural y natural, los importantes personajes que aquí han nacido o desarrollado su labor, etc., “otro gallo nos cantaría”.
Y ello, a pesar de la numerosa bibliografía local existente, algunas iniciativas institucionales y de asociaciones, como la Sociedad de Amigos de la Cultura (SAC) y algunas entidades privadas que no cejan en su empeño de divulgar e intentar aproximarnos las bondades de esta tierra y de reclamar su defensa y puesta en valor.
Pongamos un ejemplo. ¿Sabe usted, querido lector, qué núcleos de población componen el municipio de Vélez-Málaga? ¿Ha estado en todos ellos? Si la respuesta es no, ya tiene una tarea pendiente que es fácil de realizar y que le reportará solo beneficios, porque así tendrá una visión global y enriquecedora de la tierra en la que vive.
Por otro lado, esta cuestión podríamos trasladarla también al entorno comarcal, a la Axarquía, tierra con una rica historia y un patrimonio natural e histórico-artístico que para sí quisieran otras muchas zonas de Andalucía o, incluso, de España entera. Porque, al igual que podemos plantearnos si nos gusta la vida que llevamos, el trabajo que hacemos o cómo nos sentimos con nosotros mismos, no estaría nada mal que trasladáramos esas inquietudes al lugar donde nuestra vida transcurre, trabajamos, criamos a nuestros hijos y nos desarrollamos como personas.
Pero sería muy positivo y necesario que, tanto desde el ayuntamiento como desde otras instancias de poder, se hicieran encuestas, estudios demoscópicos y cualquier otra acción que les permita conocer, de primera mano, qué pensamos los que aquí vivimos sobre nuestras infraestructuras, la conservación y defensa del patrimonio cultural, limpieza y ordenación del territorio, recursos naturales, actividades económicas, medidas de protección social y sanitaria, participación ciudadana, etc., etc. Y que eso no se limite solo a épocas de elecciones, sino que fuera una especie de termómetro regular que propiciara la participación ciudadana y marcara el rumbo de la acción política que, en demasiadas ocasiones, va en direcciones opuestas o distintas a las necesidades y demandas reales de los ciudadanos.
Se decía en el Plan Estratégico Vélez-Málaga 2015-2025, elaborado por el ayuntamiento, que “somos nosotros mismos quienes determinamos cómo queremos que avance nuestra ciudad” y se defendía “una estrategia que recoja la participación de todos los actores sociales y gubernamentales del municipio, que articule mecanismos de coordinación entre ellos y que incluya formas innovadoras de gobernanza”. Pero, por lo visto, como otros tantos documentos y declaraciones de intenciones, parece que se haya quedado en papel mojado.
Sería de vital importancia que los ciudadanos nos planteemos qué ciudad queremos, que pensemos en nuestras fortalezas y debilidades y que tengamos claro por dónde tirar para que, como decía el alcalde en la introducción de dicho plan: “Vélez-Málaga dé el salto que desde hace años venimos anhelando todos”. Pero si no nos preguntan, si no se propicia una participación real y efectiva, si no se tienen en cuenta las reivindicaciones ciudadanas, empresariales, etc. que son las que deberían marcar la acción de gobierno, nos veremos obligados a seguir queriendo a esta bendita tierra aunque nos duela ver cómo algunos se desentienden de ella.