Cibernautas: ¿rebelión o sumisión?
Cuando se fusionan Kronos, dios del tiempo, con el Cosmos, dueño y señor del espacio, surge un nuevo ser en sus entrañas: Cibernética. Que es como una nave que nos invita a subirnos para viajar hacia el infinito, y seguir mordiendo del árbol del conocimiento.
Ha comenzado la era virtual y de la inteligencia artificial, y la juventud es la principal protagonista de este viaje, constructora de su presente y de su futuro. Pero me preocupa su preparación. Me pregunto: ¿poseen los jóvenes las herramientas adecuadas? Siendo portadores de los valores humanos, ¿sabrán hacer buen uso de ellos o, por el contrario, quedarán atrapados en ese mundo cibernético?
Las redes de internet nos conducen a través de un laberinto, por un camino nos invita a dar a conocer nuestra individualidad y, por otro, a participar del conocimiento global que nos ofrece. Pero, en realidad, caemos en el peligro de quedar atrapados, porque en el rastreo de búsqueda que hacemos, dejamos nuestras huellas. Las cuales son auténticas informaciones que recaban y utilizan los dueños de esas redes a su favor. Es un gigantesco ogro que nos devora.
Otro aspecto importante, a tener en cuenta, es la pérdida de la conciencia social, causada por el mal uso de las redes sociales: si utilizamos internet como refugio, donde invertimos bastantes horas del día para contactar con amigos virtuales, esto nos lleva al aislamiento. Acción que nos conduce a la apatía, a un alejamiento de los entornos sociales naturales y de la realidad sociopolítica. La única manera de combatirlo sería con el ciberactivismo asociativo.
El ciberactivismo es el medio de interactuar personas y dispositivos tecnológicos, para comunicarse y realizar acciones colectivas.
Las cuales ganan por su espontaneidad, su inmediatez y su gran difusión, pero carecen de continuidad, de una organización coordinada y de una estructura ideológica. Estas últimas cualidades son propias de los movimientos sociales. El peligro reside en quedarse sólo con lo atractivo, como es la comunicación inmediata y divertida y caer en la sumisión. Lo importante está en tomar conciencia sobre temas que nos afectan de manera global, como son problemas sociales, ambientales… Realizar acciones coordinadas para conseguir auténticas movilizaciones, que incidan en las decisiones de los poderes políticos. Esto sería una manera efectiva de hacer buen uso de internet.
Esta generación digital, como se le denomina a la juventud del siglo XXI, desconfía de las instituciones. Desconfianza motivada por su precaria situación laboral-económica y, también vital, que caracteriza su tránsito a la vida adulta. Pero esto es también argumento para rebelarse y revertir la situación. La solución, posiblemente, resida en acertar con las estrategias a seguir en el uso de las redes sociales en internet, para lograr los objetivos de concienciación, de movilización social. La pregunta que nos queda por hacer es cómo hacerlo y qué estrategias.
La respuesta a la pregunta está en dar confianza a la juventud para que se prepare. Siendo consciente de lo complejo que es este mundo cibernético y el gran poder que ejerce. Un poder que nos puede devorar y llevarnos a la sumisión, o bien elegir rebelarnos.
¡De la juventud y de todos dependen la decisión!